Esta nueva pieza de Matías Bragagnolo es todo un desafío. No solo por la escandalosa, arrolladora, repulsiva, vomitiva historia que narra (créanme que no exagero un ápice), sino porque, además, esos adjetivos que utilicé refieren, tan solo, a una parte de la cuestión. El destino de las cosas últimas, más allá de las escenas de pornografía y coprofagia que manchan cada una de sus páginas, más allá de ir hasta donde, creo yo, ningun autor argentino ha ido antes, cuenta, y también espero que me crean, una historia de amor. Sí, el destino de las cosas últimas es una pequeña novela de amor, romantica hasta las víscenas, escrita maravillosamente, y plagada de apuestas estilísticas que solo un escritorazo como Matías puede asumir. Aquellos que se animen a leerla deberán tener en cuenta lo siguiente: Matías no cree que el amor sea una mierda, pero sabe, o sospecha, o quiere hacernos creer, que la mierda sí es parte del amor. Es por eso que, aquellos que disfrutan de las novelas rompanticas, y que a la vez tienen estómago como para enchastrarse en un amor desmedido, encontrarán en El destino de las cosas últimas una novela inolvidable. 

 

Martín Sancia Kawamichi

El destino de las cosas últimas - Matias Bragagnolo

$15.000
El destino de las cosas últimas - Matias Bragagnolo $15.000

Esta nueva pieza de Matías Bragagnolo es todo un desafío. No solo por la escandalosa, arrolladora, repulsiva, vomitiva historia que narra (créanme que no exagero un ápice), sino porque, además, esos adjetivos que utilicé refieren, tan solo, a una parte de la cuestión. El destino de las cosas últimas, más allá de las escenas de pornografía y coprofagia que manchan cada una de sus páginas, más allá de ir hasta donde, creo yo, ningun autor argentino ha ido antes, cuenta, y también espero que me crean, una historia de amor. Sí, el destino de las cosas últimas es una pequeña novela de amor, romantica hasta las víscenas, escrita maravillosamente, y plagada de apuestas estilísticas que solo un escritorazo como Matías puede asumir. Aquellos que se animen a leerla deberán tener en cuenta lo siguiente: Matías no cree que el amor sea una mierda, pero sabe, o sospecha, o quiere hacernos creer, que la mierda sí es parte del amor. Es por eso que, aquellos que disfrutan de las novelas rompanticas, y que a la vez tienen estómago como para enchastrarse en un amor desmedido, encontrarán en El destino de las cosas últimas una novela inolvidable. 

 

Martín Sancia Kawamichi