Editorial

Tranki Punki

Caboclas

Nan Gallardo

Entrepiernas

Sofía Menoyo

Club Social y Deportivo Agua de Oro

Pequeña exégesis de un no: las acrobacias queer de un monosílabo

 

¿Por qué Deleite? editorial

 

Cuando en el 2011 empezamos a imaginar el festival, sabíamos que la celebración era el motor del encuentro, pero no cualquier forma de celebración, sino esa que convoca a los placeres, que invita a compartirse, a experimentar, a reinventarse, a deleitarse. Imaginamos el festival como una gran comilona a la canasta, nosotr*s pusimos la casa, la música y la entrega, e invitamos a un gran banquete a compartir.

La idea de banquete nos parece que de alguna manera refleja el festival tal y como lo recordamos, tal y como lo hicimos, no todos los encuentros fueron iguales, ni todos los años tuvimos las mismas energías, atravesadas siempre por la coyuntura, por la vida misma. La mera promesa de encontrarnos en cada noviembre, de volvernos a ver con esa comunidad que supimos construir, de conocer gente nueva, ya era un deleite. Convocarnos a imaginar placer, trabajar para que suceda, ponerle el cuerpo a las revoluciones que inventamos, habitar las ficciones de ese mundo que nos quisimos construir fue un acto más que placentero. Hablamos en pasado porque de alguna manera es lo que hicimos con los festivales de manera presencial, hay un antes y un después, un corte en el tiempo dado por esta pandemia, no vamos a hacer de cuenta que no es así.

La idea de deleite remite al encuentro, la fiesta, el arte, la politica y el sexo. Como ya hemos mencionado en más de una ocasión, el festival surge de la necesidad de tener otras formas de experiencia estética, artística, cultural de nuestras vidas. El sexo no está fuera de ese deseo. Por eso le hemos dado, año tras año, un lugar más que importante a los placeres, a poder compartir poéticamente los devenires sexuales, las experiencias, y vivencias, a generar metáforas con el sexo, que lo saquen del lugar privado, íntimo, tabú. Generando una atmósfera donde por un ratito la violencia hacia nuestras existencias no se lleven los titulares de nuestras portadas. Disputando los sentidos deterministas y los futuros catastróficos a los que quisieron relegar nuestra sexualidad: el peligro y la violencia.

¿Por qué una sociedad con libertad sexual es mejor?

El deleite de los cuerpos - Número 3

$8.000
El deleite de los cuerpos - Número 3 $8.000

Editorial

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Entrepiernas

Sofía Menoyo

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Pequeña exégesis de un no: las acrobacias queer de un monosílabo

 

¿Por qué Deleite? editorial

 

Cuando en el 2011 empezamos a imaginar el festival, sabíamos que la celebración era el motor del encuentro, pero no cualquier forma de celebración, sino esa que convoca a los placeres, que invita a compartirse, a experimentar, a reinventarse, a deleitarse. Imaginamos el festival como una gran comilona a la canasta, nosotr*s pusimos la casa, la música y la entrega, e invitamos a un gran banquete a compartir.

La idea de banquete nos parece que de alguna manera refleja el festival tal y como lo recordamos, tal y como lo hicimos, no todos los encuentros fueron iguales, ni todos los años tuvimos las mismas energías, atravesadas siempre por la coyuntura, por la vida misma. La mera promesa de encontrarnos en cada noviembre, de volvernos a ver con esa comunidad que supimos construir, de conocer gente nueva, ya era un deleite. Convocarnos a imaginar placer, trabajar para que suceda, ponerle el cuerpo a las revoluciones que inventamos, habitar las ficciones de ese mundo que nos quisimos construir fue un acto más que placentero. Hablamos en pasado porque de alguna manera es lo que hicimos con los festivales de manera presencial, hay un antes y un después, un corte en el tiempo dado por esta pandemia, no vamos a hacer de cuenta que no es así.

La idea de deleite remite al encuentro, la fiesta, el arte, la politica y el sexo. Como ya hemos mencionado en más de una ocasión, el festival surge de la necesidad de tener otras formas de experiencia estética, artística, cultural de nuestras vidas. El sexo no está fuera de ese deseo. Por eso le hemos dado, año tras año, un lugar más que importante a los placeres, a poder compartir poéticamente los devenires sexuales, las experiencias, y vivencias, a generar metáforas con el sexo, que lo saquen del lugar privado, íntimo, tabú. Generando una atmósfera donde por un ratito la violencia hacia nuestras existencias no se lleven los titulares de nuestras portadas. Disputando los sentidos deterministas y los futuros catastróficos a los que quisieron relegar nuestra sexualidad: el peligro y la violencia.

¿Por qué una sociedad con libertad sexual es mejor?