Los versos concisos y serenos, de fraseo corto. La composición elegante y una actitud antiheroica constrastan en medio de la retórica soberbia y demasiado autoconsciente de nuestra época.

A veces, un pensamiento, simple, una indicación de cómo hacer bien las cosas o apenas un rechazo alcanzan a Manuel Alemian para inspirar un poema. Rimas, nombres propios y repeticiones funcionan como atajo. Figuras humanas, pocas. 

Más bien el instante compone este libro de poemas; donde circulan perros, ferreteros, anzuelos, amantes y besos.

Fogones, libretitas, la lluvia y los días franco. La calma de la calle. Sin otra aspiración que la escritura misma y la longevidad.