Dos sherpas están asomados al abismo. Contemplan el cuerpo de un turista inglés que se ha despeñado desde el monte más alto del Himalaya. Hablan entre ellos: no mucho, apenas unas palabras. El sol ilumina la nieve sobre la ladera sur del Everest; sopla el viento. Y eso es –podría decirse– todo lo que ocurre en esta tercera novela de Sebastián Martínez Daniell.

¿Qué procedimiento se pone en juego, entonces, para que esa escena sencilla y sobria estalle en significaciones a lo largo de un centenar de capítulos? La respuesta es este libro, su textualidad, el único modo posible de relacionar a ese inglés y a esos guías de montaña detenidos en medio de una cordillera con el devenir de la historia y con su dialéctica. En estas páginas Julio César y Pompeyo coexisten con el desplome de un montacargas municipal; los hongos y las algas, con William Shakespeare; la geología del siglo XIX, con Monet y Renoir… Y la lista sigue, potencialmente inextinguible. 

La energía que logra sostener la cohesión de tal heterogeneidad proviene de la voz narrativa; una exploración del lenguaje que oscila entre poéticas del desborde y del desapego, recursividades y astringencias, según la materia que aborden. Una voz que termina por encontrar un matiz distinto, un tono pertinente, para cada una de las inagotables facetas que componen esta sólida novela poliédrica.

 

Dos sherpas - Sebastián Martínez Daniell

$19.000
Dos sherpas - Sebastián Martínez Daniell $19.000

Dos sherpas están asomados al abismo. Contemplan el cuerpo de un turista inglés que se ha despeñado desde el monte más alto del Himalaya. Hablan entre ellos: no mucho, apenas unas palabras. El sol ilumina la nieve sobre la ladera sur del Everest; sopla el viento. Y eso es –podría decirse– todo lo que ocurre en esta tercera novela de Sebastián Martínez Daniell.

¿Qué procedimiento se pone en juego, entonces, para que esa escena sencilla y sobria estalle en significaciones a lo largo de un centenar de capítulos? La respuesta es este libro, su textualidad, el único modo posible de relacionar a ese inglés y a esos guías de montaña detenidos en medio de una cordillera con el devenir de la historia y con su dialéctica. En estas páginas Julio César y Pompeyo coexisten con el desplome de un montacargas municipal; los hongos y las algas, con William Shakespeare; la geología del siglo XIX, con Monet y Renoir… Y la lista sigue, potencialmente inextinguible. 

La energía que logra sostener la cohesión de tal heterogeneidad proviene de la voz narrativa; una exploración del lenguaje que oscila entre poéticas del desborde y del desapego, recursividades y astringencias, según la materia que aborden. Una voz que termina por encontrar un matiz distinto, un tono pertinente, para cada una de las inagotables facetas que componen esta sólida novela poliédrica.