Bellevue es una institución ejemplar en el moderno sistema de salud estadunidense. Ofrece atención hospitalaria de alta calidad tanto a inmigrantes indocumentados como a grandes personalidades, e incluso a presos de la cercana isla-prisión de Rikers. En este longevo hospital se atiende a personas con o sin seguro medico, lo mismo que a la población mas vulnerable que no puede pagar por los cuidados que se les proporcionan. Eric Manheimer, quien fuera director medico de esta institución, recoge en este libro doce de las historias que mas tocaron su corazón de las muchas que le ah tocado vivir durante su practica medica. Su testimonio, descarnado y compasivo a la vez, es también una denuncia contra la comercialización implacable de la medicina que vive actualmente en el mundo.

Cada caso que describe el autor evidencia que, en muchas ocasiones, una buena práctica médica no sólo consiste en tratar de curar los males físicos de los pacientes. Hay que buscar comprender las circunstancias sociales, políticas o económicas que los llevaron hasta ahí, en un esfuerzo por mitigar el dolor que producen esas otras heridas, igualmente profundas pero que no se pueden ver.

Doce pacientes - Eric Manheimer

$4.500
Doce pacientes - Eric Manheimer $4.500

Bellevue es una institución ejemplar en el moderno sistema de salud estadunidense. Ofrece atención hospitalaria de alta calidad tanto a inmigrantes indocumentados como a grandes personalidades, e incluso a presos de la cercana isla-prisión de Rikers. En este longevo hospital se atiende a personas con o sin seguro medico, lo mismo que a la población mas vulnerable que no puede pagar por los cuidados que se les proporcionan. Eric Manheimer, quien fuera director medico de esta institución, recoge en este libro doce de las historias que mas tocaron su corazón de las muchas que le ah tocado vivir durante su practica medica. Su testimonio, descarnado y compasivo a la vez, es también una denuncia contra la comercialización implacable de la medicina que vive actualmente en el mundo.

Cada caso que describe el autor evidencia que, en muchas ocasiones, una buena práctica médica no sólo consiste en tratar de curar los males físicos de los pacientes. Hay que buscar comprender las circunstancias sociales, políticas o económicas que los llevaron hasta ahí, en un esfuerzo por mitigar el dolor que producen esas otras heridas, igualmente profundas pero que no se pueden ver.