Serguéi Eisenstein, el aclamado director de El acorazado Potemkin, Octubre o Iván el Terrible, también fue director de teatro, escenógrafo, autor de libros sobre teoría cinematográfica y un gran dibujante. Desde su adolescencia, fue un prolífico caricaturista; más tarde, en sus inicios en el teatro, realizó miles de bocetos y escenografías, así como storyboards para sus películas. Si bien su obra gráfica general es conocida y cuenta con una difusión amplia, los llamados "dibujos eróticos" ocupan un lugar apartado y han sido manejados casi en secreto durante mucho tiempo. La mayoría de ellos fueron realizados durante su estancia en México, mientras filmaba ¡Que viva México! Eisenstein consideraba que en este país había encontrado una fuerza vital, casi primitiva, definitiva para la influencia de su visión del arte y del mundo. Quedó fascinado por la unión de la muerte con el sexo y el éxtasis religioso, que plasmará incansablemente en su obra gráfica con ironía y humor, y por la representación del mundo indígena y poscolonial. Este volumen reúne una parte importante de los dibujos eróticos de Eisenstein con textos de Maria Haltunen, investigadora del Hermitage, y Jean-Claude Marcadé, historiador e investigador francés.

Dibujos eróticos - Serguéi Eisenstein

$40.500
Dibujos eróticos - Serguéi Eisenstein $40.500

Serguéi Eisenstein, el aclamado director de El acorazado Potemkin, Octubre o Iván el Terrible, también fue director de teatro, escenógrafo, autor de libros sobre teoría cinematográfica y un gran dibujante. Desde su adolescencia, fue un prolífico caricaturista; más tarde, en sus inicios en el teatro, realizó miles de bocetos y escenografías, así como storyboards para sus películas. Si bien su obra gráfica general es conocida y cuenta con una difusión amplia, los llamados "dibujos eróticos" ocupan un lugar apartado y han sido manejados casi en secreto durante mucho tiempo. La mayoría de ellos fueron realizados durante su estancia en México, mientras filmaba ¡Que viva México! Eisenstein consideraba que en este país había encontrado una fuerza vital, casi primitiva, definitiva para la influencia de su visión del arte y del mundo. Quedó fascinado por la unión de la muerte con el sexo y el éxtasis religioso, que plasmará incansablemente en su obra gráfica con ironía y humor, y por la representación del mundo indígena y poscolonial. Este volumen reúne una parte importante de los dibujos eróticos de Eisenstein con textos de Maria Haltunen, investigadora del Hermitage, y Jean-Claude Marcadé, historiador e investigador francés.