Después es un libro que despliega diferentes maneras de representar la experiencia del amor. El artista José Pizarro construye una escena similar a una constelación donde es necesario trazar recorridos que vinculen el devenir de sus registros y descubran un juego de equivalencias y contrapuntos, de conjuntos y discontinuidades. Las palabras y los dibujos reunidos en el libro indagan en modos de escribir. En su interacción, construyen la trama de un diálogo que deviene en polifonía, en formas de nombrar que se multiplican.

“Podría ser yo mi libro que me escribe y que me lee; en su tinta me diluyo la medida de la letra, puente magnífico hacia donde esperar encontrar lo que afuera dicen que vibra y existe.

Podría ser yo el hombre que mató a su madre, podría ser yo la madre que busca en sueños a su hijo. El que espía desde la polaridad de los fenómenos el perfil femenino de la mañana. Podría ser el lector de los cuerpos del amor, de signos de una naturaleza de belleza informe; que se repiten hasta caer.

O soy yo quien muestra como propia su poesía, que se asoma para asustar de cerca a los fantasmas. Una silueta, una taza de café, el viento. Después”. (José Pizarro)

Después - José Pizarro

$20.600
Después - José Pizarro $20.600

Después es un libro que despliega diferentes maneras de representar la experiencia del amor. El artista José Pizarro construye una escena similar a una constelación donde es necesario trazar recorridos que vinculen el devenir de sus registros y descubran un juego de equivalencias y contrapuntos, de conjuntos y discontinuidades. Las palabras y los dibujos reunidos en el libro indagan en modos de escribir. En su interacción, construyen la trama de un diálogo que deviene en polifonía, en formas de nombrar que se multiplican.

“Podría ser yo mi libro que me escribe y que me lee; en su tinta me diluyo la medida de la letra, puente magnífico hacia donde esperar encontrar lo que afuera dicen que vibra y existe.

Podría ser yo el hombre que mató a su madre, podría ser yo la madre que busca en sueños a su hijo. El que espía desde la polaridad de los fenómenos el perfil femenino de la mañana. Podría ser el lector de los cuerpos del amor, de signos de una naturaleza de belleza informe; que se repiten hasta caer.

O soy yo quien muestra como propia su poesía, que se asoma para asustar de cerca a los fantasmas. Una silueta, una taza de café, el viento. Después”. (José Pizarro)