Desmontar una casa viene a completar una trilogía involuntaria. La manguera y Barranca, publicados por la ya mítica editorial santafesina Diatriba, acompañan este libro hasta ahora inédito. A través de los tres podemos apreciar los movimientos, a lo largo de una década, de una voz ineludible de la poesía litoraleña pos-2000. Cada libro está signado por una circunstancia de vida crucial. Los elementos que mantienen un flujo constante frente a la volatilidad de la contingencia vuelven esta voz familiar: la conciencia del paso del tiempo, el cuidado de una misma y de los demás, la belleza hogareña descubierta por una espectadora solitaria, la exuberancia del río Coronda y la laguna Setúbal, la compañía de libros, animales y plantas, la ecología de lo que llega y lo que se va. Cecilia Moscovich es una alquimista que extrae de la pérdida un néctar que nos comparte en secreto, y construye con honestidad y fortaleza una morada que podemos visitar mientras duran estos versos, recorriendo habitaciones, muebles y cajones, hasta llegar al corazón de la casa: su patio, una extensión del litoral.

Verano

De nuevo está el verano aquí 
como una promesa húmeda.
De nuevo está el verano aquí
como un veneno fino.

Mi perro persigue a un sapo
mi vecina ha salido a la puerta
a tomar fresco
y abre un paquete de celofán
que vibra igual que los grillos. 
Mi papá me llama de adentro.

Voy por porrón.
He salido de nadar y mi cuerpo se siente ingrávido
y elástico y frío.
Mi quiosquero me dice
qué gordo está tu perro
pero qué lindo.

No hay nada como salir de nadar
ir por porrón
y sentir que mañana,
mañana seguro sí
llegará el amor.

 

Desmontar una casa - Cecilia Moscovich

$11.600
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Desmontar una casa - Cecilia Moscovich $11.600

Desmontar una casa viene a completar una trilogía involuntaria. La manguera y Barranca, publicados por la ya mítica editorial santafesina Diatriba, acompañan este libro hasta ahora inédito. A través de los tres podemos apreciar los movimientos, a lo largo de una década, de una voz ineludible de la poesía litoraleña pos-2000. Cada libro está signado por una circunstancia de vida crucial. Los elementos que mantienen un flujo constante frente a la volatilidad de la contingencia vuelven esta voz familiar: la conciencia del paso del tiempo, el cuidado de una misma y de los demás, la belleza hogareña descubierta por una espectadora solitaria, la exuberancia del río Coronda y la laguna Setúbal, la compañía de libros, animales y plantas, la ecología de lo que llega y lo que se va. Cecilia Moscovich es una alquimista que extrae de la pérdida un néctar que nos comparte en secreto, y construye con honestidad y fortaleza una morada que podemos visitar mientras duran estos versos, recorriendo habitaciones, muebles y cajones, hasta llegar al corazón de la casa: su patio, una extensión del litoral.

Verano

De nuevo está el verano aquí 
como una promesa húmeda.
De nuevo está el verano aquí
como un veneno fino.

Mi perro persigue a un sapo
mi vecina ha salido a la puerta
a tomar fresco
y abre un paquete de celofán
que vibra igual que los grillos. 
Mi papá me llama de adentro.

Voy por porrón.
He salido de nadar y mi cuerpo se siente ingrávido
y elástico y frío.
Mi quiosquero me dice
qué gordo está tu perro
pero qué lindo.

No hay nada como salir de nadar
ir por porrón
y sentir que mañana,
mañana seguro sí
llegará el amor.