En este libro Mina presenta un universo poco revisitado por los discursos historiográficos del campo del arte: las desobediencias sexo-genéricas como productoras de creación artística, y se detiene en un aspecto sobre el que nadie ha dado cuenta: las travestis como artífices del hecho escénico. Al mostrar a cada artista en situación, hace que nos surja la pregunta: ¿qué relación guarda la creación artística con las intervenciones políticas? Y una pregunta bonustrack (ocurrencia mía) de trascendental importancia: ¿es posible una ética académica para abordar la otredad?

Las protagonistas (no voy a explicar el uso del femenino) de este ensayo son como cometas que ya no vemos y que han dejado huellas en un paisaje colonizado desde su cartografía físico-política.
Estas cometas, las travas, dejan sus improntas en ese territorio en el que transcurrieron y transcurren con sus propias lógicas; desde la pobreza absoluta y con autogestión, hasta la institución, a fuerza de necesitarlo todo, del concepto mismo de lo escénico. Prohibidas de todo, han desarrollado otros órganos para la percepción y la comunicación.

Parte de ello desmenuza Bevacqua sin quedar inmune: ella también ha tenido que desarrollar esas habilidades travas y esa es la clave para que se relacionen la creación artística y las intervenciones políticas. El arte transforma para comunicar y cuando, al comunicar, transforma a quienes recibimos su mensaje, aparece su sentido más noble y su capacidad de intervenir políticamente. La autora es esa materia transformada que instituye, junto a sus sujetas de estudio, el teatro
contemporáneo. Espero que el impacto de este libro se traduzca en obras que logren superar la moda de la travestización del ya conocido, remanido y binario hetero-teatro.

Marlene Wayar

 

Deformances - Mina Bevacqua

$25.900
Deformances - Mina Bevacqua $25.900

En este libro Mina presenta un universo poco revisitado por los discursos historiográficos del campo del arte: las desobediencias sexo-genéricas como productoras de creación artística, y se detiene en un aspecto sobre el que nadie ha dado cuenta: las travestis como artífices del hecho escénico. Al mostrar a cada artista en situación, hace que nos surja la pregunta: ¿qué relación guarda la creación artística con las intervenciones políticas? Y una pregunta bonustrack (ocurrencia mía) de trascendental importancia: ¿es posible una ética académica para abordar la otredad?

Las protagonistas (no voy a explicar el uso del femenino) de este ensayo son como cometas que ya no vemos y que han dejado huellas en un paisaje colonizado desde su cartografía físico-política.
Estas cometas, las travas, dejan sus improntas en ese territorio en el que transcurrieron y transcurren con sus propias lógicas; desde la pobreza absoluta y con autogestión, hasta la institución, a fuerza de necesitarlo todo, del concepto mismo de lo escénico. Prohibidas de todo, han desarrollado otros órganos para la percepción y la comunicación.

Parte de ello desmenuza Bevacqua sin quedar inmune: ella también ha tenido que desarrollar esas habilidades travas y esa es la clave para que se relacionen la creación artística y las intervenciones políticas. El arte transforma para comunicar y cuando, al comunicar, transforma a quienes recibimos su mensaje, aparece su sentido más noble y su capacidad de intervenir políticamente. La autora es esa materia transformada que instituye, junto a sus sujetas de estudio, el teatro
contemporáneo. Espero que el impacto de este libro se traduzca en obras que logren superar la moda de la travestización del ya conocido, remanido y binario hetero-teatro.

Marlene Wayar