¿Qué se puede hacer con los cuentos de Horacio Quiroga en el siglo XXI además de volver a leerlos? En sus Cuentos de miseria de locura y de ruinas Tomás Pérez Garate no sólo recrea un título largamente conocido sino que reescribe cada relato por completo: experimenta con argumentos, voces, géneros, procedimientos. Porque escribe modos contemporáneos de la violencia, del poder, la animalidad y los afectos; narra con lengua de varón y también de mujer; pasa por el diálogo, el diario íntimo, la poesía y hasta el teatro; cambia puntos de vista y altera los tiempos. En fin: experimenta con su propia experiencia de lectura, la de un joven escritor que encuentra en un libro mucho más de lo que se habría podido creer, reactualizándolo a la vez que proponiendo algo diferente.

El último cuento, llamado Horacio, es una suerte de prisma crítico en el que el autor condensa todos los atributos de otro autor haciendo hablar a los objetos que rodearon su vida (desde la máquina de escribir hasta el machete usado en el monte) en pequeños actos teatrales: el archivo Quiroga, podríamos decir, devuelto como universo.

Cuentos de miseria de locura y de ruinas - Tomás Pérez Garate

$15.000
Cuentos de miseria de locura y de ruinas - Tomás Pérez Garate $15.000

¿Qué se puede hacer con los cuentos de Horacio Quiroga en el siglo XXI además de volver a leerlos? En sus Cuentos de miseria de locura y de ruinas Tomás Pérez Garate no sólo recrea un título largamente conocido sino que reescribe cada relato por completo: experimenta con argumentos, voces, géneros, procedimientos. Porque escribe modos contemporáneos de la violencia, del poder, la animalidad y los afectos; narra con lengua de varón y también de mujer; pasa por el diálogo, el diario íntimo, la poesía y hasta el teatro; cambia puntos de vista y altera los tiempos. En fin: experimenta con su propia experiencia de lectura, la de un joven escritor que encuentra en un libro mucho más de lo que se habría podido creer, reactualizándolo a la vez que proponiendo algo diferente.

El último cuento, llamado Horacio, es una suerte de prisma crítico en el que el autor condensa todos los atributos de otro autor haciendo hablar a los objetos que rodearon su vida (desde la máquina de escribir hasta el machete usado en el monte) en pequeños actos teatrales: el archivo Quiroga, podríamos decir, devuelto como universo.