“Esto no es una obra de ficción. Es un soliloquio del autor con su hermano muerto."

Diciembre de 1944: toda Italia celebra el fin de la guerra salvo Vasco Pratolini, que está encerrado en un cuarto de pensión, con las persianas bajas y algodones en los oídos, escribiendo en una máquina prestada las páginas de este libro, hecho en carne viva, con esta tremenda aclaración preliminar al lector: “Esto no es una obra de ficción. Es un soliloquio del autor con su hermano muerto. Al escribir buscaba consuelo, no otra cosa. Le mortifica pensar que intuyó apenas, y demasiado tarde, la espiritualidad de su hermano. Estas páginas se ofrecen como una estéril expiación.”

“Si me hicieran elegir un libro italiano de mi tiempo diría sin dudarlo: Crónica de mi familia de Vasco Pratolini.” Marcello Mastroianni

“Leí Crónica de mi familia a los catorce años y me marcó para siempre. Puse el libro a circular entre mis más amigos, para compartir esas páginas maravillosas, y en el camino de la generosidad perdí el libro, aunque mi memoria supo guardarlo, casi línea por línea.” Eduardo Galeano

 

Crónica de mi familia - Vasco Pratolini

$21.600
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Crónica de mi familia - Vasco Pratolini $21.600

“Esto no es una obra de ficción. Es un soliloquio del autor con su hermano muerto."

Diciembre de 1944: toda Italia celebra el fin de la guerra salvo Vasco Pratolini, que está encerrado en un cuarto de pensión, con las persianas bajas y algodones en los oídos, escribiendo en una máquina prestada las páginas de este libro, hecho en carne viva, con esta tremenda aclaración preliminar al lector: “Esto no es una obra de ficción. Es un soliloquio del autor con su hermano muerto. Al escribir buscaba consuelo, no otra cosa. Le mortifica pensar que intuyó apenas, y demasiado tarde, la espiritualidad de su hermano. Estas páginas se ofrecen como una estéril expiación.”

“Si me hicieran elegir un libro italiano de mi tiempo diría sin dudarlo: Crónica de mi familia de Vasco Pratolini.” Marcello Mastroianni

“Leí Crónica de mi familia a los catorce años y me marcó para siempre. Puse el libro a circular entre mis más amigos, para compartir esas páginas maravillosas, y en el camino de la generosidad perdí el libro, aunque mi memoria supo guardarlo, casi línea por línea.” Eduardo Galeano