«Frente a una crisis, la tendencia del espíritu reflexivo ha de ser, pues, hallar respuesta a los interrogantes decisivos; y de ese afán por descubrir el secreto de la trayectoria de cada uno de los elementos en pugna ha de nacer, para el espíritu reflexivo, una preocupación de tipo histórico manifestada como un anhelo de reconstruir la línea de coherencia que subyace en el decurso del grupo en el que la crisis se opera. En esta línea de coherencia, en efecto, y acaso sólo en ella, puesto que la vida social no tiene más realidad que su pasado, se oculta la pauta que pueda servir para definir una posición frente a una crisis? No es, pues, sino una toma de posición frente a la crisis lo que condiciona la concepción historiográfica. Se nutre, en general, de los elementos dados, esto es, de la concepción vigente, para él, del mundo y la vida; pero dentro de ella se circunscriben, conscientemente o no, aquellos que se presumen valiosos para explicar la coincidencia con la realidad de cierta línea de desenvolvimiento de la vida histórica en la que encuentra su justa articulación el proceso de elaboración, eclosión y vigencia unánime de los ideales y tendencias propios del grupo.» (José Luis Romero).

¿De qué crisis se hace historiador José Luis Romero? Antes de preguntarse por la revolución burguesa en el mundo feudal, ya se ha planteado la crisis del mundo burgués, del que luego va a rastrear su nacimiento y desarrollo. Pero como intelectual implicado en su propia realidad, tiene que hacer pasar este movimiento histórico general por el punto en el que se entronca con el "instante fugaz" de su propia sociedad sometida al cambio, a la concepción de lo nuevo: la "Argentina aluvial", que requiere la formulación de un proyecto y la configuración de un sujeto para dicho proyecto. Romero jamás perdió de vista que la interpretación del pasado hace a la comprensión de la crisis del presente, que analizar otras crisis es un modo de pensar la crisis de su sociedad, que estudiar a otros historiadores es comprender las formas de pensamiento de lo nuevo elaboradas por aquellos que se plantaron frente a su destino.

Crisis históricas e interpretaciones historiográficas - José Luis Romero

$20.700
Crisis históricas e interpretaciones historiográficas - José Luis Romero $20.700

«Frente a una crisis, la tendencia del espíritu reflexivo ha de ser, pues, hallar respuesta a los interrogantes decisivos; y de ese afán por descubrir el secreto de la trayectoria de cada uno de los elementos en pugna ha de nacer, para el espíritu reflexivo, una preocupación de tipo histórico manifestada como un anhelo de reconstruir la línea de coherencia que subyace en el decurso del grupo en el que la crisis se opera. En esta línea de coherencia, en efecto, y acaso sólo en ella, puesto que la vida social no tiene más realidad que su pasado, se oculta la pauta que pueda servir para definir una posición frente a una crisis? No es, pues, sino una toma de posición frente a la crisis lo que condiciona la concepción historiográfica. Se nutre, en general, de los elementos dados, esto es, de la concepción vigente, para él, del mundo y la vida; pero dentro de ella se circunscriben, conscientemente o no, aquellos que se presumen valiosos para explicar la coincidencia con la realidad de cierta línea de desenvolvimiento de la vida histórica en la que encuentra su justa articulación el proceso de elaboración, eclosión y vigencia unánime de los ideales y tendencias propios del grupo.» (José Luis Romero).

¿De qué crisis se hace historiador José Luis Romero? Antes de preguntarse por la revolución burguesa en el mundo feudal, ya se ha planteado la crisis del mundo burgués, del que luego va a rastrear su nacimiento y desarrollo. Pero como intelectual implicado en su propia realidad, tiene que hacer pasar este movimiento histórico general por el punto en el que se entronca con el "instante fugaz" de su propia sociedad sometida al cambio, a la concepción de lo nuevo: la "Argentina aluvial", que requiere la formulación de un proyecto y la configuración de un sujeto para dicho proyecto. Romero jamás perdió de vista que la interpretación del pasado hace a la comprensión de la crisis del presente, que analizar otras crisis es un modo de pensar la crisis de su sociedad, que estudiar a otros historiadores es comprender las formas de pensamiento de lo nuevo elaboradas por aquellos que se plantaron frente a su destino.