Si bien un libro de cocina puede ser pensado tan sólo como un conjunto de recetas, Composición italiana, como su nombre bien lo indica, es mucho más que eso. Es un viaje, un recorrido, una composición de sabores, aromas e historias que su autor Leonardo Matías Barraud quiso sacar de la alacena y compartir con nosotros. Detrás de cada plato hay una búsqueda por encontrar la fuerza y la pureza de los ingredientes que las manos transforman con trabajo y dedicación.

Leonardo confiesa: “mi gusto por la cocina nace de la relación con mis abuelos maternos. Ellos eran inmigrantes italianos de pocas palabras, silenciosos; y todo lo que nos querían decir, nos lo decían a través de la cocina. Amaban la buena mesa y procuraron enseñarnos algunos principios que formaron parte de mis hábitos para siempre.”

En consecuencia, su primer libro está íntegramente dedicado a la cocina italiana.

Se compone de una recopilación de las mejores enseñanzas y experiencias que fue atesorando y perfeccionando desde que tiene recuerdo.

Incluye recetas saladas como las berenjenas agridulces, coliflor en pasta, peperonata, ensalada de naranjas, hinojos y aceitunas, sartén de hongos, paté de la toscana, sartén de alcauciles y distintos risottos y ragúes. Con los dulces, Leonardo nos regala los secretos de los maravillosos biscotti sicilianos para acompañar un ristretto, panacota con leche de almendras, ciruelas al vino, sabayón, macarons de Siena y tarta de peras para agasajar y agasajarse.

Ilustrado con las bellas fotografías de Rosana Schoijett, el libro se duplica como catálogo de arte. Los platos de Leonardo se asoman entre las composiciones pintorescas, delicadas y lúdicas que evocan las vanitas del siglo XVII pero que mantienen, a la vez, una contemporaneidad y elegancia impactante.