Comas  de Teresa Orbegoso (fina e irreverente poeta que nos evoca a voces extraordinarias: Clarice Lispector, Sylvia Plath, Blanca Varela, Carmen Ollé, Zoila Capristán, todas de poesía erizada, confesional, inconformista, amoral, reflexiva, visceral, lanzada contra el mundo, contra el caos social, el orden establecido) configura diez estruendos, multitud de reclamos surgidos desde el magma ardiente, Comas (un lugar emergente, con gran pobreza y empuje empresarial en Lima, ciudad capital), la raíz más profunda del ser. Es, en otras palabras, una escalofriante declaración de amor-odio consigo misma y contra el mundo, atrapada, sin aparente salida. En una prosa poética que estremece y nos punza y complica hasta provocarnos replantear nuestra propia existencia. Espeluzna por su patetismo, su auto confesión hiriente sin ceder al estridentismo. Configuran un vértigo donde, al borde de su abismo interior, giran las evocaciones de la familia desarticulada, la madre (madrastra) odiada, el hermano muerto, el padre (eje, motor y guía quebrada en su existencia) fallecido en un accidente; motivos de un derrube emocional y desequilibrios en una adolescente ofuscada, hipersensible. 

Comas - Teresa Orbegoso

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Comas  de Teresa Orbegoso (fina e irreverente poeta que nos evoca a voces extraordinarias: Clarice Lispector, Sylvia Plath, Blanca Varela, Carmen Ollé, Zoila Capristán, todas de poesía erizada, confesional, inconformista, amoral, reflexiva, visceral, lanzada contra el mundo, contra el caos social, el orden establecido) configura diez estruendos, multitud de reclamos surgidos desde el magma ardiente, Comas (un lugar emergente, con gran pobreza y empuje empresarial en Lima, ciudad capital), la raíz más profunda del ser. Es, en otras palabras, una escalofriante declaración de amor-odio consigo misma y contra el mundo, atrapada, sin aparente salida. En una prosa poética que estremece y nos punza y complica hasta provocarnos replantear nuestra propia existencia. Espeluzna por su patetismo, su auto confesión hiriente sin ceder al estridentismo. Configuran un vértigo donde, al borde de su abismo interior, giran las evocaciones de la familia desarticulada, la madre (madrastra) odiada, el hermano muerto, el padre (eje, motor y guía quebrada en su existencia) fallecido en un accidente; motivos de un derrube emocional y desequilibrios en una adolescente ofuscada, hipersensible.