Triglicéridos - Walter Lezcano

Estuve a punto de cuidar mi salud
pude haberme negado
pero no lo hice:
me entregué una vez más
al río de aceite y la espuma.

El viento era una sábana que nos daba alegría.
Me preocupaba por eso
quería que siguiera.
El deseo constante es ese:
continuar
porque la idea de final es un cuento de nuestros padres.

(Una vez un médico clínico me preguntó:
“¿cuántos años querés vivir, Walter?”.
Yo, no sé por qué, me acordé de Alberto Olmedo
y le dije:
“Todos los que pueda”.
Me respondió:
“Si seguís así vas a poder muy pocos”.)

Me señaló el atardecer.
Era un lugar común de mierda
también era hermoso.
Me quedé con esto último.

Volviendo a casa
entrelazamos nuestros dedos
y fue como si pudiera lograr todo lo que me propusiera.

El condensador de flujo - Walter Lezcano

$7.500
El condensador de flujo - Walter Lezcano $7.500

Triglicéridos - Walter Lezcano

Estuve a punto de cuidar mi salud
pude haberme negado
pero no lo hice:
me entregué una vez más
al río de aceite y la espuma.

El viento era una sábana que nos daba alegría.
Me preocupaba por eso
quería que siguiera.
El deseo constante es ese:
continuar
porque la idea de final es un cuento de nuestros padres.

(Una vez un médico clínico me preguntó:
“¿cuántos años querés vivir, Walter?”.
Yo, no sé por qué, me acordé de Alberto Olmedo
y le dije:
“Todos los que pueda”.
Me respondió:
“Si seguís así vas a poder muy pocos”.)

Me señaló el atardecer.
Era un lugar común de mierda
también era hermoso.
Me quedé con esto último.

Volviendo a casa
entrelazamos nuestros dedos
y fue como si pudiera lograr todo lo que me propusiera.