Cuando se exploran diferentes contextos históricos y nacionales, queda demostrado que el crimen y el castigo no siempre están asociados. Que el castigo no deriva únicamente de lógicas racionales, sino también de un principio de placer; y que, finalmente una mayor severidad de la justicia genera más inseguridad y más desigualdad. En este libro el autor se propone comprender el momento punitivo. Parte de tres preguntas al fundamento del castigo: ¿Qué es castigar? ¿Por qué se castiga? ¿A quién se castiga? A través de estas preguntas sobre la definición, la justificación y la distribución del castigo, Fassin entabla un diálogo crítico con la filosofía y con el derecho.