Fernando Garriga sabe a dónde va, y por eso acepta el juego de perderse. Acepta, con alegría, no saber dónde está.  En "Casi una novela japonesa" hay de todo, y estoy seguro de que, en varias ocasiones, los lectores se preguntarán: “¿Cómo puede ser esto posible?”. Y sí, porque mientras juega a perderse, Garriga asume riesgos, tuerce, destruye, asombra. La palabra “casi”, presente en el título, es clave. Ese “casi” es el hábitat del autor, la zona en  la que se mueven también las historias y los personajes de esta divertidísima novela. No es el “casi” de quien no llega, sino el “casi” de quien se vuelve resbaloso a la hora de recibir la etiqueta que sea.

¿Y qué pueden encontrar los lectores aquí? Como ya dije, hay de todo: japoneses, argentinos, yanquis, guerra, deserción,  tango, geishas, delincuentes de distintas estaturas, amores escondidos, absurdos, atragantados, prohibidos, vidas brutales, paisajes que se desarman, mundos que revientan. De todo. Sin embargo, la verdadera acción está en la prosa de Garriga. Su estilo es arrollador, avanza a fuerza de desmesura y lirismo. Es posible que los lectores sientan que Garriga se los lleva puestos. No tengo dudas de eso. Pero tranquilos, déjense llevar. Porque, como ya dije, Garriga juega a perderse, juega, pero siempre sabe a dónde va.

Martín Sancia Kawamichi

Casi una novela japonesa - Fernando Garriga

$17.000
Casi una novela japonesa - Fernando Garriga $17.000

Fernando Garriga sabe a dónde va, y por eso acepta el juego de perderse. Acepta, con alegría, no saber dónde está.  En "Casi una novela japonesa" hay de todo, y estoy seguro de que, en varias ocasiones, los lectores se preguntarán: “¿Cómo puede ser esto posible?”. Y sí, porque mientras juega a perderse, Garriga asume riesgos, tuerce, destruye, asombra. La palabra “casi”, presente en el título, es clave. Ese “casi” es el hábitat del autor, la zona en  la que se mueven también las historias y los personajes de esta divertidísima novela. No es el “casi” de quien no llega, sino el “casi” de quien se vuelve resbaloso a la hora de recibir la etiqueta que sea.

¿Y qué pueden encontrar los lectores aquí? Como ya dije, hay de todo: japoneses, argentinos, yanquis, guerra, deserción,  tango, geishas, delincuentes de distintas estaturas, amores escondidos, absurdos, atragantados, prohibidos, vidas brutales, paisajes que se desarman, mundos que revientan. De todo. Sin embargo, la verdadera acción está en la prosa de Garriga. Su estilo es arrollador, avanza a fuerza de desmesura y lirismo. Es posible que los lectores sientan que Garriga se los lleva puestos. No tengo dudas de eso. Pero tranquilos, déjense llevar. Porque, como ya dije, Garriga juega a perderse, juega, pero siempre sabe a dónde va.

Martín Sancia Kawamichi