"los perros nos siguen por la plaza, huelen tu corazón/ahora ausentado" dice uno de los poemas de este libro, hecho de canciones en las que el amor se fija, resplandece, justo en ese rato en el que está a punto de cambiar. 

Son poemas construidos alrededor de los recuerdos, un centro quieto que la musicalidad de estos versos hace bailar otra vez. 

Como cuando una canción nos vuelve quienes fuimos, "intocables/ y tocados por la vara de un sueño", andamos de nuevo por esas noches de final de los 80, las últimas de nuestra adolescencia. Noches en las que la oscuridad era refugio, pero tambien era peligro y no había tiempo de pararse a calcularlo. Noches en las que lo posible y lo imposible latían juntos: "me pregunto /cuántas cosas podré hacer en esta vida / yconcluyo todas". 

Estas son canciones de amor por una o varias chicas, del amor por un amigo, en donde los nombres propios, que se dicen y repiten, se vuelven parte de la música, gusto y a la vez revancha. El placer de decir a todo lo que enconces se callaba.