Sofía Viola es mi amiga. La he visto cocinar, dormir, bordar, abstraída del mundo. La he visto componer, sentada en el piso con las piernas cruzadas. Sin embargo, el manantial del que brotan estas canciones sigue siendo un misterio. Como si caminara junto a la ladera de una montaña y, guiada por la hipnosis, picara en el único sitio correcto para que caiga la cascada de agua cristalina. Acá tienen acordes, Acá tienen las letras. El secreto nadie lo sabe.

Martín E. Graziano

 

Encontrarme con Sofía Viola hace unos años fue todo un acontecimiento. Conecté con sus canciones de inmediato, con un repertorio singular que muy pronto se volvió entrañable. Pero además, fue encontrarme con una amiga para siempre, con la que coincidí más tarde en otras ocasiones y en distintas ciudades, y a la que volví a escuchar con el gusto y la emoción de aquella primera vez. Es una alegría total acompañarla en el lanzamiento de este cancionero que, como todo lo que emprende, me vuelve a dejar en claro que lo suyo es original y sincero, y está marcado por esa misma imaginación desbordada, espontánea e incisiva que irradian las letras y melodías que habitan estas páginas.

Enrique Blanc

Con ilustraciones de Delia Montanha

Cancionero - Sofía Viola / Vol. 1 lo

$7.000
Cancionero - Sofía Viola / Vol. 1 lo $7.000

Sofía Viola es mi amiga. La he visto cocinar, dormir, bordar, abstraída del mundo. La he visto componer, sentada en el piso con las piernas cruzadas. Sin embargo, el manantial del que brotan estas canciones sigue siendo un misterio. Como si caminara junto a la ladera de una montaña y, guiada por la hipnosis, picara en el único sitio correcto para que caiga la cascada de agua cristalina. Acá tienen acordes, Acá tienen las letras. El secreto nadie lo sabe.

Martín E. Graziano

 

Encontrarme con Sofía Viola hace unos años fue todo un acontecimiento. Conecté con sus canciones de inmediato, con un repertorio singular que muy pronto se volvió entrañable. Pero además, fue encontrarme con una amiga para siempre, con la que coincidí más tarde en otras ocasiones y en distintas ciudades, y a la que volví a escuchar con el gusto y la emoción de aquella primera vez. Es una alegría total acompañarla en el lanzamiento de este cancionero que, como todo lo que emprende, me vuelve a dejar en claro que lo suyo es original y sincero, y está marcado por esa misma imaginación desbordada, espontánea e incisiva que irradian las letras y melodías que habitan estas páginas.

Enrique Blanc

Con ilustraciones de Delia Montanha