Leo este libro y pienso que Jimena nos regala poemas para acampar la supervivencia. O, mejor, para medrar y ver medrar eso que la vida reclama para sí y resta, solo, acompañar.
Una proyección al futuro total, pero desde la quietud, esa dimensión particular que imponen embarazo y puerperio. Cuando se hace un paréntesis de los días propios y llegan otros días. Soy un pequeño pais tropical /a la espera del gran tornado, afirma la voz poética que erige este espacio. Dos tiempos que son uno y su viaje largo hacia el adelante: embarazo y la mirada volcada hacia un afuera que refleja los cambios del propio cuerpo, puerperio y la vista es atravesada por los ojos hambrientos de la hija.
Monte, perros, chacra y cambios climáticos cruzados por una subjetividad en llamas: así se sobrevive entre la fiesta de las sorpresas primeras y el estado constante de emergencia. Pero el utero es el músculo más fuerte y, mientras la patria era carne de las políticas neoliberales y la incertidumbre, Jimena vivió la aventura increíble de ser madre y la escribió para dejar constancia. Así afirma: Este ejército de dos al sol de la justicia es el principio de la historia. De esta odisea, llegan sus poemas: pequeñas revelaciones como formas de estar en un mundo cambiante y peligroso donde con furor el tiempo pasa y en la casa gobierna el instante. Quien cruce su campamento de supervivencia sabrá de la
felicidad de recorrer este libro, pura experiencia titilante de esos días otros donde, con reverencia, nos damos a nuestras crías en dicha y temblor, como nos entregamos a todo eso que en verdad importa. Y, como Jimena sabe, algún día, alguien dirá que hice todo mal. Al filo de ese borde extraño, la voz poética construye su canto. Leo este libro y me gusta pensarlo hermano de ese arrullo donde consolemos y digamos, con esperanza y a sabiendas de la tormenta, nacemos todos los días.

Campamento de supervivencia - Jimena Arnolfi

$9.000
Campamento de supervivencia - Jimena Arnolfi $9.000

Leo este libro y pienso que Jimena nos regala poemas para acampar la supervivencia. O, mejor, para medrar y ver medrar eso que la vida reclama para sí y resta, solo, acompañar.
Una proyección al futuro total, pero desde la quietud, esa dimensión particular que imponen embarazo y puerperio. Cuando se hace un paréntesis de los días propios y llegan otros días. Soy un pequeño pais tropical /a la espera del gran tornado, afirma la voz poética que erige este espacio. Dos tiempos que son uno y su viaje largo hacia el adelante: embarazo y la mirada volcada hacia un afuera que refleja los cambios del propio cuerpo, puerperio y la vista es atravesada por los ojos hambrientos de la hija.
Monte, perros, chacra y cambios climáticos cruzados por una subjetividad en llamas: así se sobrevive entre la fiesta de las sorpresas primeras y el estado constante de emergencia. Pero el utero es el músculo más fuerte y, mientras la patria era carne de las políticas neoliberales y la incertidumbre, Jimena vivió la aventura increíble de ser madre y la escribió para dejar constancia. Así afirma: Este ejército de dos al sol de la justicia es el principio de la historia. De esta odisea, llegan sus poemas: pequeñas revelaciones como formas de estar en un mundo cambiante y peligroso donde con furor el tiempo pasa y en la casa gobierna el instante. Quien cruce su campamento de supervivencia sabrá de la
felicidad de recorrer este libro, pura experiencia titilante de esos días otros donde, con reverencia, nos damos a nuestras crías en dicha y temblor, como nos entregamos a todo eso que en verdad importa. Y, como Jimena sabe, algún día, alguien dirá que hice todo mal. Al filo de ese borde extraño, la voz poética construye su canto. Leo este libro y me gusta pensarlo hermano de ese arrullo donde consolemos y digamos, con esperanza y a sabiendas de la tormenta, nacemos todos los días.