En Cambiar el mundo desde arriba. Los límites del progresismo, Decio Machado y Raúl Zibechi buscan un criterio que les permita tanto un ejercicio crítico del progresismo actual y de la tentativa de gobiernos con raigambre popular de reparar la catástrofe neoliberal, como un principio que habilite avizorar nuevas perspectivas en formas de movilización, lucha y organización nacientes. En ese sentido, sostienen que “el punto de referencia debe ser siempre el grado más alto alcanzado por la lucha social y nunca aquello que es posible conseguir”. Los debates del último ciclo político latinoamericano en torno a su carácter soberanista, reformista, transformador en términos de derechos, su carácter estratégico a nivel regional, etc. y, al mismo tiempo, sostenedor de modelos de acumulación regresivos, tendientes a la concentración y extranjerización económica, la expansión financiera y una forma de productivismo extractivista en varios sentidos, no se agotan en el lenguaje coyuntural ni en las muecas de la hora. La valoración crítica o la crítica valorativa, según el tono, nos remite a un problema filosófico político de fondo: la categoría de lo posible. Pues se dice que los progresismos hicieron todo lo que la realidad posibilitó. ¿A qué llamamos posible? En principio, distinguimos un posible asociado a la potencia y un posible propio del poder (de uso más corriente).

 

Cambiar el mundo desde arriba. Los límites del progresismo - Raul Zibechi / Decio Machado

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Cambiar el mundo desde arriba. Los límites del progresismo - Raul Zibechi / Decio Machado $8.400

En Cambiar el mundo desde arriba. Los límites del progresismo, Decio Machado y Raúl Zibechi buscan un criterio que les permita tanto un ejercicio crítico del progresismo actual y de la tentativa de gobiernos con raigambre popular de reparar la catástrofe neoliberal, como un principio que habilite avizorar nuevas perspectivas en formas de movilización, lucha y organización nacientes. En ese sentido, sostienen que “el punto de referencia debe ser siempre el grado más alto alcanzado por la lucha social y nunca aquello que es posible conseguir”. Los debates del último ciclo político latinoamericano en torno a su carácter soberanista, reformista, transformador en términos de derechos, su carácter estratégico a nivel regional, etc. y, al mismo tiempo, sostenedor de modelos de acumulación regresivos, tendientes a la concentración y extranjerización económica, la expansión financiera y una forma de productivismo extractivista en varios sentidos, no se agotan en el lenguaje coyuntural ni en las muecas de la hora. La valoración crítica o la crítica valorativa, según el tono, nos remite a un problema filosófico político de fondo: la categoría de lo posible. Pues se dice que los progresismos hicieron todo lo que la realidad posibilitó. ¿A qué llamamos posible? En principio, distinguimos un posible asociado a la potencia y un posible propio del poder (de uso más corriente).