A fines de 2001 Argentina se encontraba en una muy profunda crisis institucional, política, social y económica. En menos de dos semanas se sucedieron cinco presidentes, y la gente en la calle pedía “que se vayan todos”, refiriéndose a los integrantes de los tres poderes del Estado. Desde años antes, el colapso de la convertibilidad llevó a la economía a la depresión y a la ruptura de la cadena de pagos, convirtiéndose en la crisis más grave desde los años treinta.

A través de estas páginas Jorge Remes Lenicov –por entonces ministro de economía– explica cómo se logró implementar, en los primeros meses de 2002, un programa integral para superar la crisis y establecer los fundamentos básicos para una estrategia productiva.

Para ello se adoptaron un conjunto de medidas (devaluación, pesificación de toda la economía, recomposición de los contratos, ordenamiento fiscal, retenciones a las exportaciones, acuerdo con las provincias, reprogramación de la deuda pública interna y del corralito heredado, y la recuperación de la política monetaria y cambiaria, entre otras), que permitieron rápidamente detener la crisis y volver a crecer, sin estallido social ni hiperinflación, buscando que nadie ganara a expensas de otros, que los costos de la crisis se distribuyeran lo más equitativamente posible y que las medidas adoptadas fueran sustentables y no dejaran problemas para el futuro. Prueba de ello es que durante el quinquenio siguiente se las mantuvo y la macroeconomía tuvo un excelente comportamiento.

Bases para una economía productiva - Jorge Remes Lenicov

$24.600
Bases para una economía productiva - Jorge Remes Lenicov $24.600

A fines de 2001 Argentina se encontraba en una muy profunda crisis institucional, política, social y económica. En menos de dos semanas se sucedieron cinco presidentes, y la gente en la calle pedía “que se vayan todos”, refiriéndose a los integrantes de los tres poderes del Estado. Desde años antes, el colapso de la convertibilidad llevó a la economía a la depresión y a la ruptura de la cadena de pagos, convirtiéndose en la crisis más grave desde los años treinta.

A través de estas páginas Jorge Remes Lenicov –por entonces ministro de economía– explica cómo se logró implementar, en los primeros meses de 2002, un programa integral para superar la crisis y establecer los fundamentos básicos para una estrategia productiva.

Para ello se adoptaron un conjunto de medidas (devaluación, pesificación de toda la economía, recomposición de los contratos, ordenamiento fiscal, retenciones a las exportaciones, acuerdo con las provincias, reprogramación de la deuda pública interna y del corralito heredado, y la recuperación de la política monetaria y cambiaria, entre otras), que permitieron rápidamente detener la crisis y volver a crecer, sin estallido social ni hiperinflación, buscando que nadie ganara a expensas de otros, que los costos de la crisis se distribuyeran lo más equitativamente posible y que las medidas adoptadas fueran sustentables y no dejaran problemas para el futuro. Prueba de ello es que durante el quinquenio siguiente se las mantuvo y la macroeconomía tuvo un excelente comportamiento.