En su ambicioso nuevo estudio, José Amícola reflexiona sobre una de las manifestaciones más paradójicas del hecho literario: la autobiografía. Si este género se halla en el epicentro del problema de la representación, ello se debe a que su supuesta veracidad emana de la intersección de esferas tan poco compatibles como la referencialidad y la retoricidad.
Entretejiendo conceptualizaciones teóricas con casos concretos de la escritura del yo, Amícola esboza la historia del género, que cuenta con obras tan alejadas en el tiempo y el espacio como la Vida de Cellini, fruto del mecenazgo renacentista, y la Autobiografía de Victoria Ocampo, voz femenina que se inserta en un canon masculino.
El presente estudio posee una dimensión diacrónica en lo referente a las obras evocadas, al tiempo que traza el lento proceso de encuentro del género consigo mismo. A lo largo de los siglos han surgido planteamientos epistemológicos que han afectado a las definiciones de la autobiografía y a sus interpretaciones. Desfilan por aquí Descartes y su idea monolítica del sujeto, el fenómeno de interiorización del hombre moderno que conoce su auge en el individualismo burgués, el viraje producido por el psicoanálisis que instala al yo en la otredad y el descentramiento de la conciencia llevada a cabo en la época posmoderna; avatares todos que no han dejado incólume al género. Amícola enfoca, además, con gran precisión las repercusiones de tales cambios en las teorías literarias, desde el giro lingüístico operado por el estructuralismo, pasando por el "pacto autobiográfico" acuñado por Lejeune y enraizado en la estética de la recepción, hasta los enfoques más recientes procedentes de la deconstrucción y del feminismo. Tampoco faltan los aportes de importantes críticos argentinos como Catelli, Molloy o Rosa.
Sin temer la ingente producción crítica sobre el tema, de la que deja constancia en su nutrida bibliografía y que resume con ejemplar claridad, Amícola se propone ir más allá de lo existene concediendo mayor importancia a dos ejes que guían sus propios análisis. En primer lugar, descarta tanto las definiciones normativas del yo como la cuestión de su "autenticidad" al concebir la autobiografía como autofiguración radical. Por otra parte, inscribe su proyecto en los estudios de gender, que considera un elemento clave en el posicionamiento del sujeto. Semejante postura implica una definición relacional de la identidad, según la cual la autobiografía no sólo se caracteriza por su condición cognitiva de la escritura, sino también por su poder de interpelación y por su dimensión sociopolítica. Con este enfoque, que otorga coherencia al conjunto y permite recortar un corpus personal y novedoso, Amícola consigue corregir genealogías demasiado francesas y masculinistas de las narrativas del yo.

Autobiografía como autofiguración - José Amícola

$14.225
Autobiografía como autofiguración - José Amícola $14.225

En su ambicioso nuevo estudio, José Amícola reflexiona sobre una de las manifestaciones más paradójicas del hecho literario: la autobiografía. Si este género se halla en el epicentro del problema de la representación, ello se debe a que su supuesta veracidad emana de la intersección de esferas tan poco compatibles como la referencialidad y la retoricidad.
Entretejiendo conceptualizaciones teóricas con casos concretos de la escritura del yo, Amícola esboza la historia del género, que cuenta con obras tan alejadas en el tiempo y el espacio como la Vida de Cellini, fruto del mecenazgo renacentista, y la Autobiografía de Victoria Ocampo, voz femenina que se inserta en un canon masculino.
El presente estudio posee una dimensión diacrónica en lo referente a las obras evocadas, al tiempo que traza el lento proceso de encuentro del género consigo mismo. A lo largo de los siglos han surgido planteamientos epistemológicos que han afectado a las definiciones de la autobiografía y a sus interpretaciones. Desfilan por aquí Descartes y su idea monolítica del sujeto, el fenómeno de interiorización del hombre moderno que conoce su auge en el individualismo burgués, el viraje producido por el psicoanálisis que instala al yo en la otredad y el descentramiento de la conciencia llevada a cabo en la época posmoderna; avatares todos que no han dejado incólume al género. Amícola enfoca, además, con gran precisión las repercusiones de tales cambios en las teorías literarias, desde el giro lingüístico operado por el estructuralismo, pasando por el "pacto autobiográfico" acuñado por Lejeune y enraizado en la estética de la recepción, hasta los enfoques más recientes procedentes de la deconstrucción y del feminismo. Tampoco faltan los aportes de importantes críticos argentinos como Catelli, Molloy o Rosa.
Sin temer la ingente producción crítica sobre el tema, de la que deja constancia en su nutrida bibliografía y que resume con ejemplar claridad, Amícola se propone ir más allá de lo existene concediendo mayor importancia a dos ejes que guían sus propios análisis. En primer lugar, descarta tanto las definiciones normativas del yo como la cuestión de su "autenticidad" al concebir la autobiografía como autofiguración radical. Por otra parte, inscribe su proyecto en los estudios de gender, que considera un elemento clave en el posicionamiento del sujeto. Semejante postura implica una definición relacional de la identidad, según la cual la autobiografía no sólo se caracteriza por su condición cognitiva de la escritura, sino también por su poder de interpelación y por su dimensión sociopolítica. Con este enfoque, que otorga coherencia al conjunto y permite recortar un corpus personal y novedoso, Amícola consigue corregir genealogías demasiado francesas y masculinistas de las narrativas del yo.