pan, chicle, ciudad, campo, electrónica, literatura musical e instrumentos de viento, sonidos breves

que necesitan ser amplificados, literas cubiertas de basura, máquinas desarmadas, pasillos de

hospital, ventanas pequeñas, iglesias bajo la nieve, escaleras de madera, lecturas imaginarias,

halcones alrededor de los pinos, globos adentro del auto, una diosa egipcia tatuada en un brazo, a

la derecha el agua que corre por los arroyos entubados, un libro, una mesa, un par de anteojos,

una postal, un árbol sin hojas, dos animales que se pelean en el aire, ese momento imposible que

nunca se alcanza y a la vez parece haber sido dejado atrás para siempre, autorretrato frente a un

espejo con saco a cuadros, un reloj que no funciona, un mapa, los rayos de sol que atraviesan las

nubes, una distorsión magnética que impide comunicaciones por teléfono, ataques de amnesia,

un cruce en ferri, boyas rojas en el mar, una espera que se prolonga, como tanta gente que intentó

entonces perder su trabajo para que la ruptura la condujese a otra cosa, un largo viaje en ruta con

un niño al lado y un televisor en el baúl, la música de los títulos del final de una película, el

deseo de morir, una galería techada, un bar en un callejón, una ardilla voladora, una red para

cazar mariposas, una misma torre de comunicaciones vista desde varios ángulos, un hombre que

vive en una salina, un copo de nieve, un mono que maneja una camioneta de reparto, una fábrica

de cemento, la épica de los puercos, un túnel de cristal, un tigre de papel, el sentido del dinero,

un agente secreto, un café, la disquería, el portero, la policía, las avenidas, disparos en la calle, la

carta, un joven, el desprecio, toldos, tejas, dragones verdes, susurros, entrevistas, borradores,

placas de colores del móvil que gira en el patio central del palacio, acompasando el tiempo en un

homenaje, recortado con un cúter como si fuesen a utilizarlo en un collage.

Anexo lindsay - Alemain Ezequiel

$16.000
Anexo lindsay - Alemain Ezequiel $16.000

pan, chicle, ciudad, campo, electrónica, literatura musical e instrumentos de viento, sonidos breves

que necesitan ser amplificados, literas cubiertas de basura, máquinas desarmadas, pasillos de

hospital, ventanas pequeñas, iglesias bajo la nieve, escaleras de madera, lecturas imaginarias,

halcones alrededor de los pinos, globos adentro del auto, una diosa egipcia tatuada en un brazo, a

la derecha el agua que corre por los arroyos entubados, un libro, una mesa, un par de anteojos,

una postal, un árbol sin hojas, dos animales que se pelean en el aire, ese momento imposible que

nunca se alcanza y a la vez parece haber sido dejado atrás para siempre, autorretrato frente a un

espejo con saco a cuadros, un reloj que no funciona, un mapa, los rayos de sol que atraviesan las

nubes, una distorsión magnética que impide comunicaciones por teléfono, ataques de amnesia,

un cruce en ferri, boyas rojas en el mar, una espera que se prolonga, como tanta gente que intentó

entonces perder su trabajo para que la ruptura la condujese a otra cosa, un largo viaje en ruta con

un niño al lado y un televisor en el baúl, la música de los títulos del final de una película, el

deseo de morir, una galería techada, un bar en un callejón, una ardilla voladora, una red para

cazar mariposas, una misma torre de comunicaciones vista desde varios ángulos, un hombre que

vive en una salina, un copo de nieve, un mono que maneja una camioneta de reparto, una fábrica

de cemento, la épica de los puercos, un túnel de cristal, un tigre de papel, el sentido del dinero,

un agente secreto, un café, la disquería, el portero, la policía, las avenidas, disparos en la calle, la

carta, un joven, el desprecio, toldos, tejas, dragones verdes, susurros, entrevistas, borradores,

placas de colores del móvil que gira en el patio central del palacio, acompasando el tiempo en un

homenaje, recortado con un cúter como si fuesen a utilizarlo en un collage.