La escritura de Gabriel Peveroni nos implica hasta sentirnos espectros de una realidad accidentada. Mientras nos muestra cómo el mundo se desploma y revela que todo se está haciendo añicos, detiene el tiempo con poesía. Y en ese instante detenido confluyen amantes deseosos, balazos, fogonazos, cuerpos que huyen por túneles que unen historias y personajes de diferentes geografías y épocas. Es una escritura que nos involucra desde las fronteras, desde las esquirlas, desde los intersticios, desde nuestros fragmentos. Los textos dislocados de “Accidentes” son lo que les trato de expresar y mucho más. Somos nosotros en plena catástrofe y somos nosotros entre videojuegos de luces blancas y rojas, entre cervezas y la niebla de Juntacadáveres, donde todo parecía confundirse. Son los accidentes nuestros y son los accidentes de otros. Todo esto hace que sea una escritura adictiva, extrañamente bella y producto de nuestras pesadillas.

Maria Dodera

Accidentes - Gabriel Peveroni

$15.000
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La escritura de Gabriel Peveroni nos implica hasta sentirnos espectros de una realidad accidentada. Mientras nos muestra cómo el mundo se desploma y revela que todo se está haciendo añicos, detiene el tiempo con poesía. Y en ese instante detenido confluyen amantes deseosos, balazos, fogonazos, cuerpos que huyen por túneles que unen historias y personajes de diferentes geografías y épocas. Es una escritura que nos involucra desde las fronteras, desde las esquirlas, desde los intersticios, desde nuestros fragmentos. Los textos dislocados de “Accidentes” son lo que les trato de expresar y mucho más. Somos nosotros en plena catástrofe y somos nosotros entre videojuegos de luces blancas y rojas, entre cervezas y la niebla de Juntacadáveres, donde todo parecía confundirse. Son los accidentes nuestros y son los accidentes de otros. Todo esto hace que sea una escritura adictiva, extrañamente bella y producto de nuestras pesadillas.

Maria Dodera