Escenas sueltas. De un verano en la costa con amigos y abuelas. Trazos. Del esfuerzo por hacer andar un camión como el que el padre usó para escapar junto con un grupo del ERP del asalto a un comando militar. Eso que del recuerdo llega. Otra charla más con alguien que conoció a mamá antes de que desapareciera. Cruces furtivos. Encuentros en la facultad o en la calle en los que tarde o temprano surge la pérdida de los padres. Sueños. La pesadilla de que alguien acecha o las medusas que se pueden interpretar en las reuniones de HIJOS. Relatos. "Fue como acostarse feliz después de regar las plantas y despertarse en medio de una inundación", escribe Félix Bruzzone. Una agenda vieja grita en un apellido la palabra exterminio. Y el futuro emite señales de lectura del pasado.

Porque esta particular orfandad no puede cerrarse con un solo hilo, porque el pasado es fragmentario y el gran relato es a fin de cuentas una recopilación minuciosa de detalles. Por eso los cuentos de 76 son el libro-hito de las narrativas de los hijos-de.

 

La crítica ha dicho...

 

«Si puede usarse el verbo "irrumpir" para hablar de Bruzzone es porque rompe una tradición e inaugura otra.»
Gabriela Cabezón Cámara

 

«¿La gran novela de los hijos de la dictadura? Sigan llegando tarde. El libro ya lo escribió Félix Bruzzone. Se llama 76 y es de cuentos.»
Edmundo Paz Soldán

 

«El narrador de 76, como si fuese un síntoma de sus mayores, no sabe y sabe, se olvida, no recuerda. Pero a diferencia de ellos -tal vez a diferencia también de sus otros mayores que intentaron la dictadura como tópico narrativo- su mirada puede encontrar algo nuevo que decir porque sabe que el mayor terror "no era la proximidad sino la distancia": no elude, tampoco reivindica ni condena, sino que horada como con un instrumento cortante la presencia ineludible de la desaparición, y le da entidad narrativa a una búsqueda identitaria que traspasa toda historia personal para convertirse en literatura.»
Ana Wajszczuk, Inrocks

 

«Volver a 76 es como recuperar el origen de una narrativa que se fue desprendiendo de la contención espacial del cuento para expandirse en novelas que derivan hacia el delirio, una imaginación desaforada o la parodia. No hay idealización ni nostalgia. Bruzzone prefiere el desvío de la ironía. La ficción es la mejor forma de completar los agujeros negros de la identidad rota.»
Silvina Friera, Página 12

76 - Félix Bruzzone

$13.699
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Escenas sueltas. De un verano en la costa con amigos y abuelas. Trazos. Del esfuerzo por hacer andar un camión como el que el padre usó para escapar junto con un grupo del ERP del asalto a un comando militar. Eso que del recuerdo llega. Otra charla más con alguien que conoció a mamá antes de que desapareciera. Cruces furtivos. Encuentros en la facultad o en la calle en los que tarde o temprano surge la pérdida de los padres. Sueños. La pesadilla de que alguien acecha o las medusas que se pueden interpretar en las reuniones de HIJOS. Relatos. "Fue como acostarse feliz después de regar las plantas y despertarse en medio de una inundación", escribe Félix Bruzzone. Una agenda vieja grita en un apellido la palabra exterminio. Y el futuro emite señales de lectura del pasado.

Porque esta particular orfandad no puede cerrarse con un solo hilo, porque el pasado es fragmentario y el gran relato es a fin de cuentas una recopilación minuciosa de detalles. Por eso los cuentos de 76 son el libro-hito de las narrativas de los hijos-de.

 

La crítica ha dicho...

 

«Si puede usarse el verbo "irrumpir" para hablar de Bruzzone es porque rompe una tradición e inaugura otra.»
Gabriela Cabezón Cámara

 

«¿La gran novela de los hijos de la dictadura? Sigan llegando tarde. El libro ya lo escribió Félix Bruzzone. Se llama 76 y es de cuentos.»
Edmundo Paz Soldán

 

«El narrador de 76, como si fuese un síntoma de sus mayores, no sabe y sabe, se olvida, no recuerda. Pero a diferencia de ellos -tal vez a diferencia también de sus otros mayores que intentaron la dictadura como tópico narrativo- su mirada puede encontrar algo nuevo que decir porque sabe que el mayor terror "no era la proximidad sino la distancia": no elude, tampoco reivindica ni condena, sino que horada como con un instrumento cortante la presencia ineludible de la desaparición, y le da entidad narrativa a una búsqueda identitaria que traspasa toda historia personal para convertirse en literatura.»
Ana Wajszczuk, Inrocks

 

«Volver a 76 es como recuperar el origen de una narrativa que se fue desprendiendo de la contención espacial del cuento para expandirse en novelas que derivan hacia el delirio, una imaginación desaforada o la parodia. No hay idealización ni nostalgia. Bruzzone prefiere el desvío de la ironía. La ficción es la mejor forma de completar los agujeros negros de la identidad rota.»
Silvina Friera, Página 12