¡Vivas, libres y desendeudadas nos queremos!

Una lectura feminista de la deuda (Luci Cavallero, Verónica Gago, editorial Fundación Rosa Luxemburgo, 2019) explora y debate una problemática fundamental de la época en que vivimos: la articulación entre la violencia del endeudamiento y la violencia de genero. En este debate, el análisis contribuye a sacar a la luz aspectos cruciales de una contradicción esencial a la vida humana, un conflicto que supurando por los diversos intersticios de la sociedad adquiere relevancia creciente en la práctica de la protesta social.

En los orígenes de la vida humana todo era caótico. Lo natural y lo sobrenatural avasallaban lo cotidiano. En este contexto indomable, la producción material para subsistir y la reproducción de la vida fueron los ejes sobre los que se fundó el orden que permitió a la especie humana sobrevivir en el planeta. Ese orden, basado en la diferencia de sexos y en la división del trabajo, generó asincronías y un excedente e impregnó con relaciones de poder las distintas áreas de la vida social. Así como las capas geológicas de la tierra se acumulan y superponen ocultando un centro en permanente estado de combustión, el tiempo y la diversidad cultural enterraron las relaciones que dieron origen a la vida social, en las regiones mas profundas e impenetrables de la psiquis colectiva. Sin embargo, hoy el fuego incandescente de una dominación y explotación originaria empieza a salir a la luz del día.

Nuestro presente está penetrado por un capitalismo monopólico global, una forma de organización social que domina al mundo a partir de la creciente concentración del poder económico, político y cultural. Esta forma de capitalismo potenció y concentró el control social e integrar a la producción y a las finanzas mundiales como nunca antes en la historia de la humanidad. La dinámica de esta organización social reside en la absorción del excedente, de la riqueza acumulada y de los ingresos mundiales a través de todo tipo de rentas monopólicas, entre las que se destacan las financieras. El motor de esta dinámica es el saqueo y la usura, naturalizados a través de diversos mecanismos institucionales, tecnológicos y culturales. La contracara de esta concentración de poder en todas las áreas de la vida social, es la creciente división, dispersión y oposición de vastos sectores sociales, países y regiones y un estado de guerra permanente expresado en una violencia visible y militarizada pero también invisible, subrepticia y cada vez más sofisticada tecnológicamente. A pesar de ello, las contradicciones y conflictos engendrados por esta forma de organización social amenazan con destruir totalmente la vida en el planeta…

 

Una lectura feminista de la deuda - Luci Cavallero / Verónica Gago

$1.200
Una lectura feminista de la deuda - Luci Cavallero / Verónica Gago $1.200

¡Vivas, libres y desendeudadas nos queremos!

Una lectura feminista de la deuda (Luci Cavallero, Verónica Gago, editorial Fundación Rosa Luxemburgo, 2019) explora y debate una problemática fundamental de la época en que vivimos: la articulación entre la violencia del endeudamiento y la violencia de genero. En este debate, el análisis contribuye a sacar a la luz aspectos cruciales de una contradicción esencial a la vida humana, un conflicto que supurando por los diversos intersticios de la sociedad adquiere relevancia creciente en la práctica de la protesta social.

En los orígenes de la vida humana todo era caótico. Lo natural y lo sobrenatural avasallaban lo cotidiano. En este contexto indomable, la producción material para subsistir y la reproducción de la vida fueron los ejes sobre los que se fundó el orden que permitió a la especie humana sobrevivir en el planeta. Ese orden, basado en la diferencia de sexos y en la división del trabajo, generó asincronías y un excedente e impregnó con relaciones de poder las distintas áreas de la vida social. Así como las capas geológicas de la tierra se acumulan y superponen ocultando un centro en permanente estado de combustión, el tiempo y la diversidad cultural enterraron las relaciones que dieron origen a la vida social, en las regiones mas profundas e impenetrables de la psiquis colectiva. Sin embargo, hoy el fuego incandescente de una dominación y explotación originaria empieza a salir a la luz del día.

Nuestro presente está penetrado por un capitalismo monopólico global, una forma de organización social que domina al mundo a partir de la creciente concentración del poder económico, político y cultural. Esta forma de capitalismo potenció y concentró el control social e integrar a la producción y a las finanzas mundiales como nunca antes en la historia de la humanidad. La dinámica de esta organización social reside en la absorción del excedente, de la riqueza acumulada y de los ingresos mundiales a través de todo tipo de rentas monopólicas, entre las que se destacan las financieras. El motor de esta dinámica es el saqueo y la usura, naturalizados a través de diversos mecanismos institucionales, tecnológicos y culturales. La contracara de esta concentración de poder en todas las áreas de la vida social, es la creciente división, dispersión y oposición de vastos sectores sociales, países y regiones y un estado de guerra permanente expresado en una violencia visible y militarizada pero también invisible, subrepticia y cada vez más sofisticada tecnológicamente. A pesar de ello, las contradicciones y conflictos engendrados por esta forma de organización social amenazan con destruir totalmente la vida en el planeta…