- Inicio
- Talleres La Libre
-
Libros
- Talleres la libre
- Autobiografía
- Animalia
- Arquitectura
- Arte
- Biografía
- Cine
- Ciencia ficción
- Ciencias del lenguaje
- Ciencias naturales
- Ciencias sociales
- Comunicación y periodismo
- Cocina
- Crónica
- Danza
- Deporte
- Diseño
- Estudios literarios
- Ensayo político
- Economía
- Estudios culturales
- Feminismos
- Filosofía
- Historia
- Infancias
- Joyitas de la libre
- Juveniles
- Libro-Álbum
- Libros sobre libros
- Música
- Maternidades
- Narrativa gráfica
-
Narrativa
- Narrativa africana
- Narrativa Argentina
- Narrativa Alemana
- Narrativa Brasileña y Portuguesa
- Narrativa Colombiana
- Narrativa Francesa
- Narrativa Española
- Narrativa Inglesa
- Narrativa Italiana
- Narrativa Irlandesa
- Narrativa Japonesa / Coreana y Japonesa
- Narrativa Latinoamericana
- Narrativa Norteamericana
- Narrativa Reino Unido
- Narrativa Universal
- Narrativa Uruguaya
- narrativa haitiana
- Narrativa rusa
- Pedagogía
- Poesía
- Policial
- Psicología
- Religión
- Salud Integral
- Teatro
- Xaternidades
-
Editoriales
- 17 grises
- 27 pulqui
- Acantilado
- Abisina
- Acordeón
- Adriana Hidalgo editora
- Aguinaldo
- Akal
- Alcohol y fotocopias
- Alfaguara
- Almadía
- Alpha Decay
- Alquimia editores
- Altamarea
- Alto pogo
- Amauta y Yaguar
- Ambulantes
- Ampersand
- Anagrama
- Ander
- Añosluz
- Atalanta
- Atlantis
- Asentamiento F
- Argonauta
- Audisea
- Automática editorial
- Autorx-editorx
- Ayarmanot
- Bajo la luna
- Bajo tierra
- Banda Propia
- Baltasara
- Barenhaus
- Batalla de ideas
- Biblos
- Bikini Ninja
- Black & Vermelho
- Blackie Books
- Blatt y Ríos
- Beatriz Viterbo Editora
- Biblioteca Nacional
- Biblioteca nueva
- Booket
- Borde perdido editora
- Buena vista
- Bulk
- BCR
- Caballo negro
- Cactus
- Cae de maduro
- Caja Negra
- Calas
- Caleta Olivia
- Candaya
- Capital intelectual
- Capitan Swing
- Carbono
- Cariño
- Casa Grande
- Caracol
- Carne Argentina
- Cia. naviera ilimitada
- Cienflores
- Conejos
- Concreto
- Consonni
- Con tinta me tienes
- Contramar
- Corregidor
- Cuarto menguante
- Cuenco de Plata
- Cúlmine
- Cumulus nimbus
- Cuneta
- Clacso
- Clara Beter
- Clase turista editorial
- Clubcinco
- Club Hem
- Crackup
- Criatura editora
- Crítica
- Chai editora
- China editora
- Chirimbote
- Dábale arroz
- Dakota
- Danke
- Debate
- De bolsillo
- Dedalus
- Debolsillo
- De l'aire
- Deldiego
- Del Dock
- Del fondo
- Del Naranjo
- Del signo
- Demolición en suspenso
- Detodoslosmares
- De parado
- Derrames
- Dibbuks
- Didot
- Dioptrias
- Doedytores
- DocumentA/ Escénica Ediciones
- Dobra Robota
- Dualidad
- Ediciones B
- Ediciones en Danza
- Ediciones en lucha
- Ediciones Extramuros
- Ediciones la minga
- Ediciones precarias
- Ediciones RyR
- Editores argentinos
- Editorial municipal de Rosario
- Editorial Quadrata
- Editorial cultural Tierra del Fuego
- Editorial Empatía
- Editorial Sb
- Eduner
- Eduvim
- El deseo
- El bodegón
- El colectivo
- El cuervo
- El hilo de Ariadna
- El zócalo
- El Rucu Editor
- Elefanta
- Elefante
- Elefante negro
- Elemento disruptivo
- Eme editorial
- Emecé
- empatía
- Entre Ríos
- Entropía
- En obra
- Escuela Freudiana de Buenos Aires
- Espacio Hudson
- Eterna cadencia
- Estuario
- Ethos
- Eudeba
- Evaristo
- Excursiones
- Fera
- Final abierto
- Fiordo
- Firmamento
- Fondo de cultura económica
- Fondo Editorial Municipal
- Fundación Rosa Luxemburgo
- Fundación Felipe Noé
- Funambulista
- Futurock
- Futuro Anterior
- Fruto de dragón
- Galerna
- Gali Arte
- Gatopardo
- GES
- Ginecosofia
- Gog y Magog
- Grafica 25 de mayo
- Grietas
- Gris tormenta
- Griselda García
- Hasta trilce
- Hekht
- Herramienta
- Herder
- Hexágono editoras
- Hoja Lata
- Holobionte
- Hotel de ideas
- Hormigas negras
- Hueders
- HUM
- HD
- hya
- Hydra
- Hwarang
- Indigo
- Indómita luz
- IPS ediciones
- Isla Desierta
- Ivan Rosado
- JUS
- Katz
- Kintsugi
- Kunstflug
- La carretilla roja
- La cebra
- La bestia equilátera
- La bola editora
- La docta ignorancia
- La editorial común
- La flor Azul
- La Libre Editora
- La mariposa y la Iguana
- La montaña
- La Navaja
- La parte maldita
- La Pollera ediciones
- Larria
- La tercera editora
- La vigil
- Las afueras
- Las Cuarenta
- Laurel
- Lazo editorial
- Lengua de trapo
- Letra sudaca
- Letra viva
- Letras del Sur
- Libretto
- Libros del Asteroide
- Libros del ciudadano
- Libros del Zorro Rojo
- Libros de Tierra Firme
- Libros de Anarres
- Limonero
- Lince
- Línea del Horizonte
- Longseller
- Lom Ediciones
- Los cuadernos del destierro
- Los libros del inquisidor
- Llantén
- Lúdico
- Lumen
- Luvina
- Mascaró
- Madreselva
- Mágicas Naranjas
- Malas Tierras
- Malpaso
- Malisia
- Manantial
- Mandacaru
- Mansalva
- Marat
- Marciana
- Mardulce
- Mardemar
- Mármara
- Mármol izquierdo
- Maravilla
- Melusina
- Maten al mensajero
- Metalúcida
- Metales pesados
- Mil Campanas
- Milena caserola
- Mil botellas
- Mil gotas
- Miluno
- Minotauro
- Minúscula
- Modesto rimba
- Montacerdos
- Montesinos
- Muchas nueces
- Muchos mundos
- Muñeca de trapo
- Musarañita
- Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken
- Nebliplateada
- Nascimento
- Neutrinos
- Nocturna
- NotanPuan
- Nórdica
- Nuestra América
- Nulú Bonsai
- Nudista
- Obloshka
- Océano
- Odelia
- Omnivora
- Otras ediciones
- Overol
- Pánico el pánico
- Paidós
- Paisanita editora
- Páginas amarillas
- Páginas de Espuma
- Página Blanca
- Palabras Amarillas
- Palido fuego
- Patronus Ediciones
- Papiré books
- Pasado y presente
- Peces de ciudad
- Penguin Random House
- Pequeño editor
- Periplo ediciones
- Perla ediciones
- Piloto de Tormenta
- Pipala
- Pixel
- Pólvora
- Populibros
- Portaculturas
- Porrúa
- Postales Japonesas
- Puntos suspensivos
- Pupek
- Planeta
- Pre-textos
- Prohistoria
- Prometeo
- Promesa
- Qeja
- Ragif
- Rangún
- Ralenti
- Rara avis
- Rapallo
- Red editorial
- Revista Balam
- Revista de Cine
- Revista Lunfarde
- Revolver
- Ripio
- Roneo
- Rosa Iceberg
- Rumbo Sur
- Rgc
- Sacate el saquito
- Sajalin
- Salim
- Salto de página
- Salta el Pez
- Salamandra
- Santos locos
- Sans Soleil
- Santiago Arcos
- Saposcat
- Saraza
- Seix barral
- Segunda en papel
- Selva Canela
- Serapis
- Serie Gong
- Sexto piso
- Siesta
- Siglo XXI
- Siglo XXI España
- Sincopa
- SiPreBA
- Siruela
- Socios fundadores
- Sorojchi
- Sudamericana
- Sudestada
- Sur
- También el caracol
- Tammy Metzler
- Tanta ceniza
- Taurus
- Té de Boldo
- Tejo
- Temblores
- Tenemos las máquinas
- Tercero incluido
- Terramar
- Tiempo robado editoras
- Tinta limón
- Todas las fiestas de mañana
- Topia
- Tusquets
- Tutuca
- Traficantes de sueños
- Tren en movimiento
- Tren instantáneo
- Tres Hermanas
- Triana
- Trilce ediciones
- Txalaparta
- Ubu
- Último Recurso
- Unahur
- Universidad de Valparaíso
- UNL Universidad Nacional del Litoral
- Universidad Diego Portales
- Unipe
- Unsam
- Unrn
- Utopía libertaria
- UNR
- Vademécum
- Varasek
- Vaso Roto
- Verpoder
- Vinilo
- Virus
- Volcano
- Vox
- Vs ediciones
- Walden
- Waldhuter Editores
- Winograd
- Yo soy Gilda
- Zindo y Gafuri
- Edhasa
- Amorrortu
- Metrópolis
- La vaca
- Arty latino
- Tránsito
- Proyecto Ronda
- Impedimenta
- Libros del Zorzal
- Tarjetas de Regalo
- Usados
- Nota al pie - Medias de autorx
- Editorial del mes
- TARJETA DE REGALO
- Cómo Comprar
- Contacto
“La muerte la encontró a Juana Bignozzi con las previsiones del caso: un apunte con el modo en que quería ser enterrada, el color de las flores que sus amigos debíamos llevar, la indicación principal de una tumba sin cruz y el cementerio público donde debía hacerse. Sobre estos detalles reposa también una contraseña del lugar que ocupó su escritura: que la muerte no tenga la última palabra.
Los poemas que componen ‘Novísimos’ nos aguardaron. Como señaló Mercedes Halfon, estaban originalmente anotados en papelitos, bordes de sobres de facturas de luz, anotadores, hasta que finalmente Juana los organizó y ahora ven la luz de una edición que se debía completar.
Estos poemas son piezas exquisitas de un repertorio clásico: repiten obsesivamente la trayectoria de su poesía, es decir, ese movimiento que nace del pasado barrial, desechando el costumbrismo, para llevar con ella la aristocracia obrera. Juana no hizo la revolución pero tomó el palacio de invierno, asaltó sus jardines y las luces de la ciudad. Poemas escritos como grandes carrozas con las que siguió llegando al centro de Buenos Aires, ese escenario para las citas con amigos nuevos y pasados, con enemigos nuevos y pasados, en museos, bares, alcoholes, amores y pérdidas.
La amistad fue su sistema porque, como escribió, la poesía es “una escuela del carácter”. Juana exponía la amistad a una experiencia donde la discusión implacable y la lealtad se sometían mutuamente. Como alguna vez ella misma le preguntó a Juanele: “¿qué justifica una vida?”, Juana Bignozzi justificó su vida. Una conducta proletaria hasta el final. Murió en su ley. La ley su ley. Murió un día en el viejo hospital de Clínicas, pidió que corrieran la cortina, quedar sola. El poder es el derecho al pudor. Se llevó sus guerras a la tumba. “El regreso es el verdadero destierro”, escribió como conclusión inmejorable, un verso al borde de la máxima verdad que podemos soportar. Los vivos y los muertos se daban cita en el atardecer de su casa en esta ciudad que sus ojos volvieron gris, en el atardecer que era la hora en que la joven Juana (¡Juanita!) salía al mundo, esa hija de la noche, hija del tocar fondo y hacer tocar fondo, pero la vieja Juana se quedaba en su danza final, bailando entre fantasmas que entraban por su ventanal del barrio de Congreso. Sin embargo, siempre nos impuso su ánimo vital, su puñado de versos para cerrar el puño, para abrir los ojos, para no pudrirnos la fuerza, ni encallecernos justo ahí, justo ahí, donde el temblor nos pudiera convertir en estatuas de sal: “que creí/ pero existe el campo de la desigualdad/ con eso me basta”.”
Martín Rodríguez
Novísimos - Juana Bignozzi
“La muerte la encontró a Juana Bignozzi con las previsiones del caso: un apunte con el modo en que quería ser enterrada, el color de las flores que sus amigos debíamos llevar, la indicación principal de una tumba sin cruz y el cementerio público donde debía hacerse. Sobre estos detalles reposa también una contraseña del lugar que ocupó su escritura: que la muerte no tenga la última palabra.
Los poemas que componen ‘Novísimos’ nos aguardaron. Como señaló Mercedes Halfon, estaban originalmente anotados en papelitos, bordes de sobres de facturas de luz, anotadores, hasta que finalmente Juana los organizó y ahora ven la luz de una edición que se debía completar.
Estos poemas son piezas exquisitas de un repertorio clásico: repiten obsesivamente la trayectoria de su poesía, es decir, ese movimiento que nace del pasado barrial, desechando el costumbrismo, para llevar con ella la aristocracia obrera. Juana no hizo la revolución pero tomó el palacio de invierno, asaltó sus jardines y las luces de la ciudad. Poemas escritos como grandes carrozas con las que siguió llegando al centro de Buenos Aires, ese escenario para las citas con amigos nuevos y pasados, con enemigos nuevos y pasados, en museos, bares, alcoholes, amores y pérdidas.
La amistad fue su sistema porque, como escribió, la poesía es “una escuela del carácter”. Juana exponía la amistad a una experiencia donde la discusión implacable y la lealtad se sometían mutuamente. Como alguna vez ella misma le preguntó a Juanele: “¿qué justifica una vida?”, Juana Bignozzi justificó su vida. Una conducta proletaria hasta el final. Murió en su ley. La ley su ley. Murió un día en el viejo hospital de Clínicas, pidió que corrieran la cortina, quedar sola. El poder es el derecho al pudor. Se llevó sus guerras a la tumba. “El regreso es el verdadero destierro”, escribió como conclusión inmejorable, un verso al borde de la máxima verdad que podemos soportar. Los vivos y los muertos se daban cita en el atardecer de su casa en esta ciudad que sus ojos volvieron gris, en el atardecer que era la hora en que la joven Juana (¡Juanita!) salía al mundo, esa hija de la noche, hija del tocar fondo y hacer tocar fondo, pero la vieja Juana se quedaba en su danza final, bailando entre fantasmas que entraban por su ventanal del barrio de Congreso. Sin embargo, siempre nos impuso su ánimo vital, su puñado de versos para cerrar el puño, para abrir los ojos, para no pudrirnos la fuerza, ni encallecernos justo ahí, justo ahí, donde el temblor nos pudiera convertir en estatuas de sal: “que creí/ pero existe el campo de la desigualdad/ con eso me basta”.”
Martín Rodríguez
Productos Relacionados
Sitio seguro
Protegemos tus datos
Sitio seguro
Protegemos tus datos