"No quiero ser de esos
que se ponen de novios
y a los dos meses avisan:
te amo.
Quiero ser de aquellos
que aman desde antes de los títulos,
como quien esperaba una película,
como quien esperaba al amigo
que invitó al cine".

A menudo, lectoras y lectores me comentan que han encontrado en mis letras la posibilidad de un decir que no han sabido construir por sus propios medios. Comprendo el fervor con el que algunas voces se encontrarán finalmente con las palabras que han venido buscando, pero antes que nada, insto a las vecindades del mundo a atreverse a levantar la voz poética de la propia experiencia, que resulta irreemplazable, indecible desde lo ajeno, sabiéndose incapaz de ser eco antes que grito. 
No alcanza con la autoría que se envuelve en pieles de ficciones que no arden. Y si acaso sucede que las gargantas de los pueblos ya se han abierto, demando a los Estados la garantía del derecho al acceso a los productos culturales y a los sistemas de aprendizaje de la lengua, lo que representará no solo un triunfo para la historia colectiva, sino también la posibilidad de que este libro se extinga en paz. De otra forma, las esquelas del amor que nos negaron seguirán siendo necesarias, como es necesario cada escombro de arte haciendo piso en los corazones de los que han permanecido demasiado tiempo de rodillas frente a la enfermedad y la injusticia.

 

Esquelas - Juan Solá

$12.900
Esquelas - Juan Solá $12.900

"No quiero ser de esos
que se ponen de novios
y a los dos meses avisan:
te amo.
Quiero ser de aquellos
que aman desde antes de los títulos,
como quien esperaba una película,
como quien esperaba al amigo
que invitó al cine".

A menudo, lectoras y lectores me comentan que han encontrado en mis letras la posibilidad de un decir que no han sabido construir por sus propios medios. Comprendo el fervor con el que algunas voces se encontrarán finalmente con las palabras que han venido buscando, pero antes que nada, insto a las vecindades del mundo a atreverse a levantar la voz poética de la propia experiencia, que resulta irreemplazable, indecible desde lo ajeno, sabiéndose incapaz de ser eco antes que grito. 
No alcanza con la autoría que se envuelve en pieles de ficciones que no arden. Y si acaso sucede que las gargantas de los pueblos ya se han abierto, demando a los Estados la garantía del derecho al acceso a los productos culturales y a los sistemas de aprendizaje de la lengua, lo que representará no solo un triunfo para la historia colectiva, sino también la posibilidad de que este libro se extinga en paz. De otra forma, las esquelas del amor que nos negaron seguirán siendo necesarias, como es necesario cada escombro de arte haciendo piso en los corazones de los que han permanecido demasiado tiempo de rodillas frente a la enfermedad y la injusticia.