Los hijos de Saturno, de Javier Chiabrando, es una feroz novela negra que deconstruye la argentinidad. Y lo que queda es un abogado de un metro cincuenta y dos, elegante, sabiamente desesperado. Vení a conocer al ex fiscal Goya al stand 1915 del Pabellón Amarillo de la Feria del Libro.Del prólogo de Juan Sasturain:En la apasionada, inédita apuesta goyesca de esta originalísima Los hijos de Saturno pasan muchísimas cosas. Es de algún modo un folletín latinoamericano, un asumido culebrón infernal. En ella hay muchos personajes cuyo presente arrastra avatares ancestrales: medio siglo de crímenes y ocultamientos que definen la lógica del dinero y del poder. Sin embargo, con tanta peripecia y trama elaborada de revelaciones cada vez más imprevistas y perversidades inconcebibles, el verdadero protagonista no actúa: es el narrador, el verdadero dueño del cuento, la gran invención y apuesta de Chiabrando. Una mirada devastadora que no es cínica sino acaloradamente implicada, una voz que no puede evitar mezclarse con lo que cuenta. Un narrador inusual para las asépticas costumbres narrativas de estos tiempos.Por eso el lector bien se puede quedar con la parábola ejemplar del patético Goya, vulnerable decorador de vidas o con las homologías y transparencias que remiten a personajes, sucesos y bochornos del cotidiano político argentino na Señora dueña de multimedios con mellizos adoptados y toda la trama siniestra que se decanta pero también o mientras disfrutar de los guiños literarios y sobre todo de las habituales digresiones y de los mejores diálogos y símiles chandlerianos de la época, con todo lo que significa ese modelo ético y literario.Novela que trasciende el género y que establece, página a página, sus propias y oscuras reglas para romperlas en la página siguiente, Los hijos de Saturno es una novela de una terrible excelencia.

Los hijos de Saturno - Javier Chiabrando

$11.500
Los hijos de Saturno - Javier Chiabrando $11.500

Los hijos de Saturno, de Javier Chiabrando, es una feroz novela negra que deconstruye la argentinidad. Y lo que queda es un abogado de un metro cincuenta y dos, elegante, sabiamente desesperado. Vení a conocer al ex fiscal Goya al stand 1915 del Pabellón Amarillo de la Feria del Libro.Del prólogo de Juan Sasturain:En la apasionada, inédita apuesta goyesca de esta originalísima Los hijos de Saturno pasan muchísimas cosas. Es de algún modo un folletín latinoamericano, un asumido culebrón infernal. En ella hay muchos personajes cuyo presente arrastra avatares ancestrales: medio siglo de crímenes y ocultamientos que definen la lógica del dinero y del poder. Sin embargo, con tanta peripecia y trama elaborada de revelaciones cada vez más imprevistas y perversidades inconcebibles, el verdadero protagonista no actúa: es el narrador, el verdadero dueño del cuento, la gran invención y apuesta de Chiabrando. Una mirada devastadora que no es cínica sino acaloradamente implicada, una voz que no puede evitar mezclarse con lo que cuenta. Un narrador inusual para las asépticas costumbres narrativas de estos tiempos.Por eso el lector bien se puede quedar con la parábola ejemplar del patético Goya, vulnerable decorador de vidas o con las homologías y transparencias que remiten a personajes, sucesos y bochornos del cotidiano político argentino na Señora dueña de multimedios con mellizos adoptados y toda la trama siniestra que se decanta pero también o mientras disfrutar de los guiños literarios y sobre todo de las habituales digresiones y de los mejores diálogos y símiles chandlerianos de la época, con todo lo que significa ese modelo ético y literario.Novela que trasciende el género y que establece, página a página, sus propias y oscuras reglas para romperlas en la página siguiente, Los hijos de Saturno es una novela de una terrible excelencia.