En este libro el filósofo cordobés Diego Tatián reflexiona sobre la política y la cultura a partir del pensamiento de Aristóteles, Kant, Nietzsche, Heidegger, Blumenberg, Arendt, Rancière y Quignard, entre otros. A lo largo de diez ensayos, analiza las tensiones de la democracia, el lugar del arte en la sociedad y se detiene en problemáticas vigentes de la Argentina, como qué hacer con los lugares de la memoria y en qué medida los hechos del pasado modifican el presente. En vez de cerrar, abre continuamente preguntas: ¿intervienen los muertos en nuestra experiencia? ¿puede naufragar la historia? ¿existe un sentido ontológico de la igualdad?

Porque si la naturaleza es la misma para todos, el verdadero problema humano comienza con la presencia del otro. Tatián vislumbra un espacio más allá del hombre, más allá del consumo y la producción conformando una comunidad de huérfanos, de solteros, de raros; una “comunidad de los sin comunidad”. Siguiendo esta misma línea, retoma el concepto de lo impropio: “Hay en cada hombre ‘algo’ que no le pertenece -que en rigor no pertenece a nadie- y de lo que, por tanto, no puede disponer”. Es decir, no se trata de una existencia propia sino impersonal, que propone una ética más allá de la cultura, condición necesaria para una política emancipatoria.

Lo impropio - Diego Tatián

$13.000
Lo impropio - Diego Tatián $13.000

En este libro el filósofo cordobés Diego Tatián reflexiona sobre la política y la cultura a partir del pensamiento de Aristóteles, Kant, Nietzsche, Heidegger, Blumenberg, Arendt, Rancière y Quignard, entre otros. A lo largo de diez ensayos, analiza las tensiones de la democracia, el lugar del arte en la sociedad y se detiene en problemáticas vigentes de la Argentina, como qué hacer con los lugares de la memoria y en qué medida los hechos del pasado modifican el presente. En vez de cerrar, abre continuamente preguntas: ¿intervienen los muertos en nuestra experiencia? ¿puede naufragar la historia? ¿existe un sentido ontológico de la igualdad?

Porque si la naturaleza es la misma para todos, el verdadero problema humano comienza con la presencia del otro. Tatián vislumbra un espacio más allá del hombre, más allá del consumo y la producción conformando una comunidad de huérfanos, de solteros, de raros; una “comunidad de los sin comunidad”. Siguiendo esta misma línea, retoma el concepto de lo impropio: “Hay en cada hombre ‘algo’ que no le pertenece -que en rigor no pertenece a nadie- y de lo que, por tanto, no puede disponer”. Es decir, no se trata de una existencia propia sino impersonal, que propone una ética más allá de la cultura, condición necesaria para una política emancipatoria.