Aunque pueda parecer extraño reeditar hoy los textos de Babeuf y los suyos, lo cierto es que conservan una actualidad notable. Ya hubiera sido suficiente justificación el mentar su influencia sobre innumerables revolucionarios (entre ellos, Lenin) en cuestiones tan importantes como el partido, la dictadura del proletariado y el “arte de la insurrección”. Sin embargo, volverlos a traer a este presente tiene una utilidad mayor.

El babuvismo es el resultado del agotamiento de una experiencia histórica, la de la revolución burguesa. En el seno de su propio proceso, la revolución burguesa muestra sus límites: la libertad sólo puede ser “ante la ley”, la igualdad es la igualdad “legal”. De la fraternidad, ni hablemos.

Todo aquel que todavía cree en que es posible confiar en alguna fracción burguesa o en algún político burgués, debiera leer El Tribuno del pueblo. Todo aquel que cree que se puede hablar aún de libertad, igualdad y fraternidad (o “democracia”, “justicia social” y “solidaridad”) sin atacar las bases del sistema que las niega por su propia naturaleza, debiera leer El Tribuno del Pueblo: la tumba de las ilusiones reformistas; la cuna de las esperanzas revolucionarias. Para todos los que ya atamos nuestra vida a la más bella y tremenda de las experiencias humanas, también es una obligación sentarnos a escuchar, atentamente, al primero de todos nosotros.

El tribuno del pueblo - Graco Babeuf

$10.460
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Aunque pueda parecer extraño reeditar hoy los textos de Babeuf y los suyos, lo cierto es que conservan una actualidad notable. Ya hubiera sido suficiente justificación el mentar su influencia sobre innumerables revolucionarios (entre ellos, Lenin) en cuestiones tan importantes como el partido, la dictadura del proletariado y el “arte de la insurrección”. Sin embargo, volverlos a traer a este presente tiene una utilidad mayor.

El babuvismo es el resultado del agotamiento de una experiencia histórica, la de la revolución burguesa. En el seno de su propio proceso, la revolución burguesa muestra sus límites: la libertad sólo puede ser “ante la ley”, la igualdad es la igualdad “legal”. De la fraternidad, ni hablemos.

Todo aquel que todavía cree en que es posible confiar en alguna fracción burguesa o en algún político burgués, debiera leer El Tribuno del pueblo. Todo aquel que cree que se puede hablar aún de libertad, igualdad y fraternidad (o “democracia”, “justicia social” y “solidaridad”) sin atacar las bases del sistema que las niega por su propia naturaleza, debiera leer El Tribuno del Pueblo: la tumba de las ilusiones reformistas; la cuna de las esperanzas revolucionarias. Para todos los que ya atamos nuestra vida a la más bella y tremenda de las experiencias humanas, también es una obligación sentarnos a escuchar, atentamente, al primero de todos nosotros.