Permítanos comenzar con la misma frase que inauguraba la contratapa de Metáfora y memoria: “Existe un amplio consenso en señalar a Cynthia Ozick como una de las más grandes escritoras norteamericanas contemporáneas. Nosotros compartimos esa opinión, allí están sus novelas y cuentos para comprobarlo. Menos conocido es que también es una extraordinaria ensayista”. Pero precisamente después de la aparición de Metáfora y memoria su talento para el ensayo pasó a ser tan conocido en castellano como su arte para las novelas.

Comprobado entonces que Ozick es tan fantástica para la novela como para el ensayo, Críticos, monstruos, fanáticos y otros ensayos literarios –su más reciente libro- no necesita demasiada presentación. Tan solo hace falta mencionar que aquí nos reencontramos con su clásica elegancia para la prosa de ideas, sus ironías ácidas frente a los lugares comunes de la época, su gusto por los   autores que funcionan como puente entra la tradición centroeuropea y la norteamericana, el humor judío y una erudición asombrosa. La lectura de los ensayos de Ozick solo depara inmensos momentos de placer.

Traducción de Ariel Dilon

 

 

Críticos, Monstruos, Fanáticos Y Otros Ensayos - Cynthia Ozick

$12.000
Críticos, Monstruos, Fanáticos Y Otros Ensayos - Cynthia Ozick $12.000

Permítanos comenzar con la misma frase que inauguraba la contratapa de Metáfora y memoria: “Existe un amplio consenso en señalar a Cynthia Ozick como una de las más grandes escritoras norteamericanas contemporáneas. Nosotros compartimos esa opinión, allí están sus novelas y cuentos para comprobarlo. Menos conocido es que también es una extraordinaria ensayista”. Pero precisamente después de la aparición de Metáfora y memoria su talento para el ensayo pasó a ser tan conocido en castellano como su arte para las novelas.

Comprobado entonces que Ozick es tan fantástica para la novela como para el ensayo, Críticos, monstruos, fanáticos y otros ensayos literarios –su más reciente libro- no necesita demasiada presentación. Tan solo hace falta mencionar que aquí nos reencontramos con su clásica elegancia para la prosa de ideas, sus ironías ácidas frente a los lugares comunes de la época, su gusto por los   autores que funcionan como puente entra la tradición centroeuropea y la norteamericana, el humor judío y una erudición asombrosa. La lectura de los ensayos de Ozick solo depara inmensos momentos de placer.

Traducción de Ariel Dilon